
El periscopio
El triunfo del bloque gallego
En el PP, ahora, respiran aliviados bajo ese lema tan repetido: unidad y experiencia

Indiscutido e indiscutible, Alberto Núñez Feijóo, el pacificador que ha cosido las costuras de un Partido Popular (PP) que había vivido una profunda crisis, desde su llegada a Madrid siempre tuvo claro traerse consigo al «núcleo duro» que tenía en Galicia. En estos años al frente del partido ese grupo de personas de su absoluta confianza han ocupado la planta séptima de Génova 13 y han tejido en silencio toda la estrategia que subyace bajo el XXI Congreso Nacional, el de mayor unidad, unanimidad y calma en la ya larga historia de la formación popular.
Miguel Tellado Filgueira, María del Mar Sánchez Sierra y Marta Varela Pazos son los auténticos escuderos del presidente, el triunvirato de poder más cercano a Feijóo y con quienes ha forjado la estrategia y el equipo de la nueva dirección nacional en camino hacia el Palacio de la Moncloa. Bajo el lema de «observar mucho y no hacer ruido», cada uno de ellos ejerce un papel esencial.
El ferrolano Tellado, ya secretario general con mayor poder en la organización interna, la estructura territorial y los procesos electorales, como azote implacable del «sanchismo» sin complejos. Las coruñesas Sánchez y Varela, en la sombra y con discreción. A este equipo se une la portavoz parlamentaria Esther Muñoz, nacida en León, pero estudiante en La Coruña. Y Luis de la Matta, marido de Varela, aunque madrileño, muy vinculado al partido en Galicia.
Varios diputados del PP, que trabajaron con José María Aznar y Mariano Rajoy, lo definían así en los pasillos de IFEMA: «Este es el triunfo del bloque gallego». Muy cierto, pues con ellos ha ido perfilando Feijóo los nombres y papeles de su nueva dirección.
El nombramiento de Tellado estaba cantado desde hace tiempo. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Santiago, lleva quince años junto a Feijóo, quien en 2016 le designó secretario general del partido en Galicia y no dudó en traerlo a Madrid, primero como responsable de Organización y después como portavoz en el Congreso.
Su verbo caustico y punzante ha sido un dardo demoledor contra el «sanchismo». Sonoros fueron sus debates al decir que Pedro Sánchez «es un peligro para la democracia y debe salir de España en un maletero como Puigdemont». O cuando, tras un altercado en el AVE de Valladolid a Madrid, tildó al ministro de Transportes, Óscar Puente, de «matón de barrio». Ha concitado las iras del Gobierno, el PSOE y la izquierda mediática, algo que él define con sorna gallega: «Meterse conmigo parece el deporte nacional».
Sánchez Sierra es la auténtica mano derecha de Feijóo, su persona de absoluta confianza desde hace casi treinta años. Se conocieron en el año 2000, cuando el político gallego dirigía Correos y Telégrafos y ella ocupaba la Dirección de Comunicación. Desde entonces, nunca se ha separado del líder gallego y es la mujer más decisiva en su carrera política. «La sombra del jefe», la llaman en el partido.
Nacida en La Coruña, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, a ella se atribuye la imagen conciliadora que le granjeó cuatro mayorías absolutas en Galicia.
Inteligente, sibilina y de una extrema discreción, ha forjado la imagen del líder siempre en segundo plano, con unas relaciones con los medios informativos transversales y nada sectarias.
Su lema es antes callar que mentir, baja un paraguas muy discreto y eficaz. Infatigable trabajadora, no hay decisión de Feijóo que no pase por ella, aunque su objetivo es un perfil de desapercibida. Nadie duda de que la proyección pública de Feijóo es obra suya.
La otra mujer en el círculo de confianza es Varela, directora del gabinete del presidente: primero, en la Xunta de Galicia y, luego, en Madrid. Nacida en una pequeña aldea de La Coruña, Santiso, es también periodista y ejerce su papel en la sombra, como Sánchez, desde hace 10 años. Artífice de los discursos de Feijóo, ella fue la muñidora y su acompañante en aquel famoso debate televisivo, cara a cara, con Pedro Sánchez, que ganó claramente el líder gallego.
Con suma discreción lleva su agenda y la planificación de todos sus actos. Casada con el periodista Luis de la Matta, madrileño, pero afincado en Galicia, donde fue director de Comunicación del PP y, ahora, lo es en Génova 13.
Al grupo se une ahora la flamante portavoz Esther Muñoz, que se ha ganado en el Congreso la confianza de Tellado. Azote parlamentario del «sanchismo». es mujer de confianza del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, coautor de la ponencia política y uno de los «barones» regionales con mayor afinidad personal con Feijóo. Con estos «fontaneros» gallegos llegó a Madrid Núñez Feijóo con una clara hoja de ruta: «Sé a dónde voy, sin olvidar de dónde vengo».
En el partido respiran aliviados bajo ese lema tan repetido: unidad y experiencia. Feijóo piensa que, a la política, y, sobre todo, al Gobierno, se viene ya aprendido y con los deberes hechos. Es su advertencia para no caer en «niñerías» y hacer una gestión de altura, no de guardería de párvulos. Como buen gallego es desconfiado, observa mucho y habla poco.
«Pienso mucho lo que digo, pero digo siempre lo que pienso», afirma con puro estilo galaico. Para Pedro Sánchez es el tercer líder del PP a quien se enfrenta, tras Mariano Rajoy y Pablo Casado. Si, como dice el refrán, a la tercera va la vencida, todos hoy le ven como el líder necesario.
Treinta y dos años después de su histórica refundación, el PP pasa página con Feijóo. Con sencillez de paisano y seguridad de mando, entre el poder y la gloria solo aspira a lo primero, al servicio de España.
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