Ministerio de Justicia
Un acusado de Gürtel recusa al juez De Prada por su amistad con Garzón
A sólo doce días de que comience el primer juicio de la «trama Gürtel», uno de los principales acusados, el ex secretario de Organización del PP gallego Pablo Crespo –para quien la Fiscalía pide una condena de 64 años y siete meses de cárcel como supuesto número 2 del empresario Francisco Correa– ha recusado a uno de los tres jueces que integran el tribunal, el magistrado José Ricardo de Prada. El abogado del ex político, Miguel Durán, presentó ayer en la Audiencia Nacional un incidente de recusación para intentar apartar del tribunal enjuiciador a De Prada por «enemistad manifiesta» con su cliente y por tener, en su opinión, «interés directo o indirecto» en la causa.
En el escrito dirigido a la Sala de lo Penal del citado tribunal –al que ha tenido acceso LA RAZÓN–, la defensa de Crespo esgrime como motivo principal la «pérdida de apariencia de imparcialidad» del magistrado por su relación de amistad con Garzón, el juez que puso en marcha la investigación de la «trama Gürtel». El abogado recuerda que De Prada «arropó» a Garzón durante el proceso que terminó apartándole de la Judicatura, al ser condenado por prevaricación a once años de inhabilitación por autorizar las escuchas en la cárcel de conversaciones entre los supuestos cabecillas de la red corrupta y sus abogados. Crespo fue, precisamente, uno de los imputados que denunció al entonces juez de la Audiencia Nacional. La defensa de Crespo trae a colación las palabras de De Prada en el Congreso de Jurisdicción Universal, celebrado en julio de 2014 en Madrid, en el que el juez de la Audiencia Nacional reconoció que el adiós de Garzón significó «uno de los peores momentos en mi trabajo jurisdiccional». Este hecho, sostiene Durán, acarrea una «enemistad manifiesta» respecto a su cliente, por la interposición de esa querella «contra el amigo del magistrado».
Además, apunta, De Prada «viene manteniendo una estrecha colaboración personal» con Garzón y su Fundación Internacional. El pasado febrero, asegura, «ha estado colaborando con el mismo» en las jornadas organizadas por el ex juez en Cali (Colombia).
«Nadie con un mínimo de sentido común querría verse enjuiciado por una persona que considera y que siente que eres el causante de una terrible injusticia para con un amigo del juez». Al magistrado ahora recusado «no se le puede haber escapado –añade el abogado– que precisamente Pablo Crespo es uno de los causantes del peor momento que, según el sr. De Prada, pasó durante su trayectoria profesional».
Crespo sostiene que los motivos de recusación de los magistrados Enrique López y Concepción Espejel –apartados del tribunal para garantizar la «apariencia de imparcialidad», al haber sido nombrados vocales del CGPJ a propuesta del PP y en el caso del primero, por sus conferencias en FAES– eran «de muchísimo menos peso».
La defensa de Crespo también esgrime la «relación y colaboración» de una hija del magistrado con el letrado de la acusación popular Gonzalo Boye –que ejerce en varias piezas del «caso Gürtel», aunque no en la que se enjuicia a partir del próximo 4 de octubre–, y que circunscribe a la «colaboración habitual en el medio de comunicación propiedad del abogado», con el que «consintió en compartir la escritura del libro “Contrapoder”, editado por el abogado de la acusación popular».
Todos estos hechos, concluye, «son abrumadores y deberían haber conllevado la abstención de oficio» de De Prada dada su «falta de imparcialidad».
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