La Habana
Zarzuela no se bloquea: El Rey marca distancia con los políticos y tendrá agenda
La agenda internacional del Monarca –con citas en Japón, Corea y, probablemente, Cuba– sigue adelante sin verse afectada por el vacío político de, al menos, cinco meses causado por la falta de entendimiento entre los partidos.
La agenda internacional del Monarca –con citas en Japón, Corea y, probablemente, Cuba– sigue adelante sin verse afectada por el vacío político de, al menos, cinco meses causado por la falta de entendimiento entre los partidos.
La convocatoria de nuevas elecciones para noviembre abre un paréntesis de incertidumbre institucional que durará, en el mejor de los casos, hasta febrero, es decir, al menos cinco meses. Un periodo de tiempo con citas trascendentales para la Corona en las que, confirman fuentes del equipo de colaboradores que asesora al Monarca, Zarzuela ya está trabajando a pleno rendimiento. En este sentido el vacío político no va a impedir que la agenda internacional del Monarca se resienta y siguen adelante los preparativos para la asistencia de Felipe VI a la coronación de Naruhito como emperador de Japón el 22 de octubre y la visita de Estado a Corea (precisamente suspendida en 2016 por la repetición de elecciones) prevista para el 23 y el 24 del mismo mes.
Paralelamente, fuentes de Exteriores confirmaron ayer a este diario que los preparativos para el histórico viaje de los Reyes a Cuba en el marco de la celebración de los 500 años de la fundación de la ciudad de La Habana siguen adelante y no se ha recibido hasta la fecha ninguna contraorden del Gobierno socialista en funciones, especialmente interesado en que la visita se produzca.
En Zarzuela se pone en valor el hecho de que «en un ambiente político y mediático polarizado como nunca desde la Transición no se ha vertido ni una sola crítica al papel del Rey ni por parte de los agentes políticos ni desde la Prensa». Existe asimismo la confianza de que, a pesar de que no se ha insistido explícitamente en ello, el distanciamiento entre la volatilidad del juego entre los agentes políticos y la imagen de permanencia y continuidad que ha dado la Jefatura del Estado ha llegado a la ciudadanía –a lo largo de todo el espectro político– ayudando a compensar otros episodios menos positivos del pasado reciente. La consigna para el futuro es «como siempre, separarse al máximo del debate político y seguir dando el contrapunto de estabilidad» al desempeño de los líderes de los partidos.
Una de las prerrogativas que la Constitución atribuye al Rey, concretamente en el artículo 53.1 es la «más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales» y es esta función la que más se ha visto perjudicada en el pasado por la situación de vacío político, específicamente en el episodio de legislatura fallida y repetición de elecciones que se vivió en 2016.
En aquel entonces se suspendieron cuatro desplazamientos de los Reyes: a Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí y Reino Unido; viajes que (en el caso de los dos últimos) se produjeron en otras fechas y que (en el caso de los dos primeros) siguen pendientes.
Como se apuntó anteriormente, Japón y Corea del Sur son las primeras citas internacionales previstas en el futuro próximo del Monarca. En la primera Don Felipe será uno de los 50 jefes de Estado y de Gobierno que acudirán a Tokio para asistir a la coronación de Naruhito como emperador tras la abdicación de su padre Akihito el pasado 30 de abril. La ocasión será sin duda una de las más vistosas del año no solo por el peso de los asistentes sino por la conocida importancia que la casa imperial de Japón concede a la solemnidad de sus ceremonias. Don Felipe y Doña Letizia aprovecharán el desplazamiento para materializar la dos veces suspendida visita oficial a Corea del Sur, que promete también momentos especiales habida cuenta del especial cariño que por España y por nuestra Familia Real existe en la sociedad coreana.
Pero lo que hace «trascendental» el próximo trimestre para la Corona no son solo estas vistosas citas internacionales sino, fundamentalmente, la aparición pública de la Princesa de Asturias por primera vez en la entrega de los premios que concede la fundación que lleva su nombre. Será en Oviedo el próximo 18 de octubre cuando previsiblemente Doña Leonor pronunciará su primer discurso público y se repetirá, 38 años después de que su padre lo hiciera en 1981, la imagen de un Príncipe de Asturias (en este caso Princesa) dirigiéndose a los asistentes a la ceremonia de entrega de los premios en el Teatro Campoamor. Trece años tenía Felipe de Borbón en 1981, la misma edad que Doña Leonor tendrá en el mes de octubre, aunque cumplirá los catorce a finales de ese mismo mes.
Pocos días después, el 4 de noviembre, la Familia Real al completo estará en Barcelona para la entrega de los premios Princesa de Gerona después de que las autoridades independentistas vetaran que la cita se produjera en la propia Gerona.
En todas estas citas el calendario electoral se imbricará irremediablemente con la agenda de la Casa del Rey. En concreto la entrega de premios en Barcelona coincidirá en la misma semana de campaña electoral previa al 10-N. El viaje a Cuba, de producirse finalmente, tendrá lugar previsiblemente poco después de las elecciones y antes de la constitución del Congreso de los Diputados. El desempeño de las funciones del Jefe de Estado, símbolo de la permanencia de nuestras instituciones y de su unión con la historia, volverá a brillar elocuentemente, por tanto, en los próximos meses.
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