Familia

Los adolescentes y el confinamiento

Tiempo para estar solos, para que se encierren en su habitación y en su mundo de ensueño y rumien sus frustraciones y sus anhelos. Tiempo limitado, eso sí. No hace falta un horario para esto, sólo que entandamos que necesitan esa soledad.

La timidez no es un problema irresoluble. Si le echamos un poco de tiempo y valentía podremos superarlo:
La timidez no es un problema irresoluble. Si le echamos un poco de tiempo y valentía podremos superarlo:Pixabay

Hemos pasado con los adolescentes del #MañanaNoHayClase al #YoMeQuedoEnCasa para llegar al (esperamos que no) #YaNoLoAguantoMas

Poco se habla de esta franja de edad para la que esta crisis supone mucho. En palabras de Javier Urra: Para un adolescente no salir es una privación de libertad gravísima. Si siempre se ha hablado, incluso escrito libros sobre “Cómo sobrevivir a la adolescencia de sus hijos” (Michael Carr-Gregg) o sobre “¡Socorro! Tengo un hijo adolescente” (Jean Bayard), ahora, más que nunca es necesario tener en cuenta a nuestros hijos de esta edad. Para sobrevivir a tanta intensidad reconcentrada estas 10 pautas:

. Dales su tiempo. Tiempo para estar solos, para que se encierren en su habitación y en su mundo de ensueño y rumien sus frustraciones y sus anhelos. Tiempo limitado, eso sí. No hace falta un horario para esto, sólo que entandamos que necesitan esa soledad.

. Déjales su espacio. Déjales también su espacio físico para distanciarse, para ordenar o desordenar su habitación, para hacer limpieza o para que hagan que hacen limpieza. Paciencia y tolerancia, su orden no es nuestro orden. Su espacio es suyo, ahora más que nunca. Que “redecoren su vida”.

. Permite su enfado con el mundo. Los adolescentes son un poco egocéntricos, tendrán un proceso de duelo hasta asimilar todo esto. ¡Cómo ha podido pasar todo esto y que les haya pillado en medio! ¡Todo son privaciones y prohibiciones! Además, no hacen más que repetirles que no son población de riesgo, ¿entonces? Pasado ese duelo, sacarán lo mejor de sí mismos y convertirán su egoísmo en solidaridad, su egocentrismo en empatía.

. Entiende sus sentimientos. No todos los adolescentes son especialmente comunicativos y no nos contarán lo que sienten o no sabrán ni tan siquiera ponerle nombre: miedo, ansiedad, soledad, abatimiento, tristeza… Pero nosotros, sus padres, sabemos detectar cuando están “operativos” y cuando “fuera de cobertura”. Cuando “reciban señal”, acércate a ellos, no directamente, pero sí a través de sus series favoritas, de su forma de comunicarse en las redes, de sus challenge (retos virales) …

. Invítale a abrir ventanas al mundo. La solidaridad y la generosidad son el antídoto perfecto para ellos y para estas situaciones. ¿Qué pueden hacer por los de casa? ¿Y por los de fuera? ¿A quién pueden llamar? ¿Qué mayores o personas vulnerables hay en su entorno? ¿Cómo pueden ayudar con esa gran especialización que tienen en nuevas tecnologías?...

. Permite que se conecte. Las redes sociales, internet en general, son ahora su mayor nutriente para mantener activa la dimensión social. Entre la hiperconexión o el estar todo el día enganchado y mantener las normas que hubiese en casa previas a esta crisis, hay un término medio. Ahora necesita ese tiempo de conexión. Negocia los límites del mismo.

. Usa el buen humor. Los adolescentes son expertos en esto del buen humor, son un pozo de risas desternillantes. Quizá la cuestión es que los adultos no siempre entendemos este humor o no le vemos la gracia. Dejémonos enseñar, seamos humildes, que nos expliquen, que nos hagan partícipes de esas carcajadas que les dan dolor de tripa. Reírnos juntos y hasta reírnos de nosotros mismos es muy desestresante.

. Concede algún extra. Haz algún guiño, cede en algo, concede algún capricho, permite lo extraordinario en una situación que también lo es… luego también será más fácil negociar otras cosas.

. Supervisa su organización. No fiscalices, no controles, pero supervisa el tiempo que dedica al estudio, a las tareas del hogar que es tiempo de compartir, a las redes sociales, a las series, a estar “tirado a la bartola” … Partir de cómo se quiera organizar el adolescente y desde ahí dialogar mejoras, más que organizar nosotros o imponer un modelo.

. Ayúdale a cuidar lo físico. Aseo, alimentación sana y ejercicio diarios. Solos, en familia, en encuentros virtuales… como prefieran. En este sentido, tú, adulto, eres su mejor ejemplo.

Ojalá terminemos esta crisis con #YoDesdubriAlAdolescenteQueTengoEnCasa maravilloso, interesante y único, por cierto.