Ciencia
El 95% de los padres tiene un hijo favorito y el otro 5% miente
Numerosos especialistas aseguran que, aunque los padres busquen ser justos, casi siempre existe cierta inclinación hacia uno de los hijos.
La idea de que todos los hijos reciben el mismo cariño se repite en muchas familias. Sin embargo, diferentes expertos ponen en duda esta creencia. Tal y como recoge ABC, numerosos especialistas aseguran que, aunque los padres busquen ser justos, casi siempre existe cierta inclinación hacia uno de los hijos.
Uno de los defensores más conocidos de esta postura es Jeffrey Kluger, divulgador y autor de El efecto de los hermanos. Kluger afirma que “el 95% de los padres tiene un hijo favorito y el otro 5% miente”, una frase contundente que abre el debate sobre las dinámicas familiares y su impacto emocional.
Preferencias en los padres: cuándo suponen un problema
Los psicólogos consultados señalan que sentir cierta preferencia no es, por sí mismo, algo negativo, siempre que se maneje con discreción y responsabilidad. Reconocer esta inclinación puede incluso ayudar a equilibrar el trato entre los hijos.
El conflicto surge cuando este favoritismo se vuelve evidente para los menores. En los casos más marcados, esta situación puede derivar en el llamado síndrome del niño dorado, un patrón que afecta tanto a los hermanos como al propio hijo preferido.
Qué es el síndrome del niño dorado y cómo afecta
Según el reportaje, se considera niño dorado al hijo que recibe la mayor atención, admiración y expectativas por parte de los padres. Esta dinámica genera malestar en los hermanos, pero también impacta negativamente en el niño idealizado.
La terapeuta especializada en trauma Becca Redd, citada por Best Life, explica que el menor puede llegar a creer que el amor y la aceptación dependen exclusivamente de cumplir las expectativas familiares. Esto puede generar:
Ansiedad y perfeccionismo extremo
Necesidad constante de aprobación
Baja tolerancia al fracaso
Dificultades para construir una identidad propia
Redd advierte que estas consecuencias pueden mantenerse en la edad adulta, afectando a la salud mental, las relaciones personales y la autoestima.
Cómo identificar el síndrome del niño dorado
Aunque este síndrome no aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), los expertos trabajan en definirlo mejor y en establecer pautas de intervención. Algunas señales frecuentes son:
Elogios desproporcionados hacia un solo hijo
Comparaciones negativas con los hermanos
Proyección de aspiraciones o sueños de los padres
Ocultación de errores y miedo al fracaso
Perfeccionismo elevado
Redd destaca que la terapia psicológica es una vía eficaz para romper estas dinámicas. Un entorno profesional permite revisar creencias arraigadas y fomentar una autoestima saludable, además de ayudar a reconstruir relaciones familiares más equilibradas.