Médicos

Abuela, el resfriado no entra por ir menos abrigado

Forma parte de los grandes mitos de la pediatría pensar que nos resfriamos por “coger frío”

Abuela, el resfriado no entra por ir menos abrigado
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La vida está llena de mitos y la pediatría no es ajena a ellos. ¿Quién no ha escuchado decir a las abuelas después de estornudar “ves, te ha cogido el frío”? Hablamos con Joaquín Carrasco Almazor, pediatra en el sistema Aragonés de Salud sobre un clásico del invierno: los mocos. ¿Qué hay detrás de los estornudos y los mocos? ¿Es porque iba el niño descalzo? ¿Cómo se combaten? ¿Hay que ir a urgencias?

-Llega el frío y con él las consultas se colapsan de visitas que quizás no eran tan urgentes tipo: tiene mocos y lleva varios días con ellos, ¿qué hago? ¿Qué son los mocos y cuál es su utilidad en el bebé y niño pequeño?

-En efecto, llegan los meses fríos del año y es entonces cuando consultas y urgencias pediátricas se llenan de pacientes, sobre todo de menores de 4 años, llegando como muy bien dices a colapsar los Servicios de urgencias dado que se interpreta falsamente como urgencia aquello que realmente no lo es.

Ello obedece a una secuencia esperada y cíclica de picos epidémicos ocasionados por múltiples virus respiratorios que atacan a las vías respiratorias y digestivas de los seres humanos en la edad pediátrica, generando enfermedades agudas respiratorias, digestivas o una combinación de ambas durante los meses invernales.

Los agentes virales más frecuentes como causantes de infección respiratoria en el niños son: el virus respiratorio sincitial (VRS), el grupo de los rinovirus, los parainfluenzavirus, los virus de la gripe (A, B y C) y el grupo de los adenovirus. En el 2001 se identificó el metapneumovirus humano (hMPV), EN EL 2005 el bocavirus humano (hBoV) y entre los años 2004 2006 los nuevos Coronavirus (COV).

-¿Cuáles son esos síntomas?

-La invasión viral suele comenzar por la vía respiratoria alta, por lo que el niño entre otros síntomas comienza a tener secreción nasal inicialmente acuosa abundante y posteriormente más espesa, acompañado de lagrimeo, tos, estornudos y síntomas generales como cefalea, pérdida del apetito, irritabilidad en los más pequeños. Todo ello acompañado de fiebre de intensidad variable.

Cada virus tiene un tropismo o tendencia a invadir una determinada parte del aparato respiratorio por lo que pueden dar desde síntomas de vías altas (rinitis), inflamación de faringe (faringoamigdalitis), laringe (laringitis), traquea (traqueítis) o bronquios y bronquiolos (bronquiolitis).

-¿Hay que alertarse, entonces, es decir, ir a urgencias?

Nuestro aparato respiratorio, todo él, está tapizado en su integridad por un revestimiento que contiene millones de glándulas mucosas. La función es ellas es protectora y de retención de partículas en suspensión, virus y bacterias. Cuando existe una infección viral esa producción de moco se incrementa de modo exponencial y persiste en el tiempo.

La secreción de moco no implica en sí misma la presencia de enfermedad y hay que valorar la presencia de otros síntomas de alarma como empeoramiento del estado general, fiebre, tos o dificultad respiratoria. Por tanto, el moco en sí mismo no debería de ser causa necesaria para visitar un Servicio de Urgencias.

- ¿Se combaten con...?

-Todo dependerá del tipo de patología que causa la presencia de ese moco (no es lo mismo un resfriado común, que una sinusitis, la presencia de un cuerpo extraño en fosas nasales o una rinitis de origen alérgico).

Hay que acudir al origen mediante la exploración ya que el moco por sí mismo no es una enfermedad. En dependencia de la edad del niño nuestra actitud será diferente. No es lo mismo un niño de 10 días de vida con mucosidad que uno de 7 años.

Por regla general no existe ningún medicamento que pueda reducir la cantidad de moco en la edad pediátrica. Los mucolíticos no hacen desaparecer el moco. Todo ello pertenece al gran pelotón de mitos que soportamos en la medicina y muy especialmente en la pediatría.

La infección respiratoria tiene un ciclo de evolución y el moco es lo primero que aparece y lo último que se elimina. Por sí mismo no supone nada más que una incomodidad para el paciente y el goteo retronasal del moco puede estimular el reflejo de la tos empeorando éste incómodo síntoma. Por ello debemos colocar sobre todo al menor de un año en una posición algo más incorporada de lo habitual.

Los lavados moderados con suero fisiológico o agua marina pueden aliviar transitoriamente los síntomas. Personalmente prefiero el aspirador de moco. Se puede usar de forma suave todas las veces que lo necesitemos y es francamente efectivo en mi experiencia. No recomiendo los lavados nasales por debajo del mes de vida. Ningún otro remedio está demostrado científicamente que mejore la sintomatología del moco en las vías respiratorias superiores.

Para mejorar el estado general del niño podemos usar antitérmicos, fundamentalmente el paracetamol y el ibuprofeno. A las dosis recomendadas y siempre dosificándolo por kilos de peso y nunca por edad. Se debe usar un solo antitérmico, desechando la costumbre de alternar el uso de ambos.

Consejos para evitar infecciones respiratorias en bebés y niños

-Evitar el ambiente de humo. En familias de fumadores son mucho más frecuentes las infecciones de tipo respiratorio.

-Prolongar la lactancia materna todo lo que se pueda ya que la leche materna contiene elementos de defensa naturales y células vivas que participan en la formación inmunitaria del niño.

-Eevitar la guardería en edades precoces del niño ya que por debajo del año de vida las infecciones respiratorias son de mayor intensidad.

-Mantener de forma rigurosa al día el calendario de vacunaciones. En algunos casos incluiría la vacuna de la gripe.