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Educación

Aumenta la ansiedad en las aulas: nuevas guías ayudan a los docentes a identificar y actuar a tiempo

Entre el 10 % y el 20 % del alumnado en España presenta síntomas de ansiedad, y los centros escolares se convierten en el primer espacio de detección

Aumenta la ansiedad en las aulas Kaboompics.com

Cada vez más estudiantes en España sufren ansiedad, y las aulas se han convertido en el primer lugar donde se manifiestan estos síntomas. Ante esta creciente preocupación en el ámbito educativo, el Instituto Emooti, en colaboración con la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Universidad de Navarra, ha lanzado dos guías prácticas para ayudar a los docentes a detectar la ansiedad infantil y adolescente desde el aula.

La ansiedad, el trastorno mental más frecuente en menores

Según estudios recientes, entre un 10 % y un 20 % de los menores en España muestran signos de ansiedad, especialmente entre los 9 y 12 años. Este trastorno mental afecta su rendimiento académico y bienestar emocional, interfiriendo en áreas clave como el sueño, la autoestima, la alimentación y la capacidad de concentración. “La ansiedad en niños y adolescentes no es solo estrés pasajero. Es una condición que puede afectar seriamente su desarrollo si no se detecta a tiempo”, advierte el Dr. Hilario Blasco-Fontecilla, director de Emooti.

Un estudio publicado en European Child & Adolescent Psychiatry reveló que el 11,8 % de los escolares cumplía criterios diagnósticos para un trastorno de ansiedad, y más de la mitad seguía presentando síntomas dos años después, sin haber recibido atención profesional.

Guías escolares para detectar y actuar ante la ansiedad

Las nuevas guías educativas están diseñadas para Primaria y Secundaria, ofreciendo fichas prácticas con descripciones claras de los trastornos más comunes y pautas de actuación para el profesorado. En Primaria, se abordan problemas como ansiedad, fobias, acoso escolar y maltrato. En Secundaria, se incluyen además temas como depresión, autolesiones, trastornos alimentarios y adicciones.

Estas herramientas no buscan que los profesores actúen como psicólogos, sino que puedan reconocer señales de alarma —como bloqueos, cambios de conducta, o aislamiento— y activar la cadena de apoyo escolar. “Un profesor con formación puede detectar comportamientos que indiquen sufrimiento emocional y derivar al estudiante a los profesionales adecuados”, señala Blasco-Fontecilla.

El aula como entorno de prevención emocional

Las guías promueven una escuela emocionalmente segura y empática, donde se fomente la prevención y el bienestar. Proponen planificar tutorías, reforzar la autoestima y enseñar herramientas de gestión emocional como parte del día a día. Además de los documentos escritos, el proyecto incluye vídeos explicativos en YouTube que ejemplifican cómo aplicar las recomendaciones en el entorno escolar.

El cuerpo y la conducta de los niños pueden revelar lo que no logran expresar con palabras: dolores sin causa médica, tics, evasión de tareas o reacciones desproporcionadas son algunas señales de alerta. Por eso, estas guías representan un avance necesario. No convierten al docente en terapeuta, pero lo capacitan para ser el primer paso en la detección y acompañamiento del malestar emocional. “La salud mental también se educa”, concluyen los impulsores de la iniciativa. “Y puede empezar con una simple ficha en la sala de profesores”.