Embarazo

El embarazo modifica el cerebro de la mujer

Algo apasionante sucede en el cerebro y la mente de la mujer cuando está embarazada.

El embarazo modifica el cerebro de la mujer
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La revista Nature ha publicado que el embarazo genera cambios en la estructura cerebral de la embarazada, concretamente una reducción de la materia gris en regiones cerebrales implicadas en la respuesta a los bebés en el posparto.

Algo apasionante sucede en el cerebro y la mente de la mujer cuando está embarazada. Mucho se sabe acerca de cómo cambia el cuerpo de la mujer, sobre los procesos biológicos y fisiológicos de la gestación. Pero poco o nada se sabía hasta hace poco de sus implicaciones a nivel cerebral ni de los procesos psíquicos inherentes a la maternidad.

Dos disciplinas científicas han confluido en los últimos años para constatar, cada una desde su ámbito, que la etapa de la gestación es mucho, mucho más que un proceso meramente biológico, por sofisticado que sea.

Una de ellas es la psicología perinatal. Esta rama de la psicología se ocupa de estudiar los procesos psicológicos comunes en madres y bebés en la etapa que rodea la maternidad (embarazo, parto, posparto), así como las patologías mentales que -en ocasiones- pueden surgir “mientras que los cambios en el cuerpo de las embarazadas son evidentes y muy estudiados por los profesionales de la salud, los cambios cerebrales son maìs sutiles y sobre todo desconocidos para la mayor parte de los sanitarios que acompañan a las madres en esta etapa” afirma la psiquiatra perinatal Ibone Olza, autora del libro “Parir” y directora académica del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.

Otra disciplina que ha venido a aportar una visión apasionante del cerebro materno, desde un ángulo distinto, es la neurociencia, o el estudio del cerebro. Hace unos años unos investigadores hallaron células fetales viviendo en el cerebro de las madres muchos años después de nacidos sus bebés. Sabia naturaleza: en algunos casos esas células fetales eran células madre con un efecto terapéutico en las madres.

Más recientemente, una nueva investigación ha desvelado algo más: el cerebro materno experimenta durante el embarazo una transformación estructural considerable. Eso lo sabe bien la española Susanna Carmona, neurocientífica e investigadora, quien ha participado junto a otros científicos de diversas entidades internacionales en un estudio sobre las modificaciones cerebrales en la etapa de embarazo. La investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista Nature, ha puesto de manifiesto que el embarazo genera cambios en la estructura cerebral de la embarazada, concretamente una reducción de la materia gris en regiones cerebrales implicadas en la respuesta a los bebés en el posparto “los cambios de volumen de materia gris del embarazo tuvieron una relación positiva con las relaciones de apego materno en el posparto, lo que sugiere que se trata de un proceso adaptativo que sirve para apoyar la transición a la maternidad y favorecer el vínculo con el bebé”, afirma Carmona.

Estos cambios orientados a mejorar la capacidad de vincularse con el recién nacido tienen un sentido desde el punto de vista evolutivo: el cerebro del bebé está diseñado para desarrollarse en el contexto de relaciones de apego intensas y significativas. La capacidad para sintonizar con el bebé a un nivel intuitivo, más allá de la razón y las palabras, es un aspecto clave en la relación madre-criatura. La capacidad de la madres y de los otros adultos de percibir, intuir y responder a lo que el bebé nos indica a través de su lenguaje no verbal juega un papel fundamental en su desarrollo neuronal, de su inteligencia emocional y social y en su autoestima futura.

Dicho de otro modo, la naturaleza necesita madres (¡y padres!) emocionalmente inteligentes para criar al cachorro de la especie más inteligente, y la transformación cerebral propia del embarazo está encaminada a ese fin.

¿En qué se traducen a nivel psíquico estos cambios en la estructura cerebral?

La psicología perinatal sabe desde hace tiempo que el embarazo es una etapa de profunda transformación, que, entre otras cosas, trae una mayor sensibilidad emocional. Esa mayor sensibilidad está en parte provocada por los cambios físicos y hormonales y por las circunstancias en las que transcurre el embarazo, pero también por el propio proceso en sí. La cuestión es que el embarazo hace a las madres estar más “hacia adentro”: “De alguna forma, hay una necesidad de revisar y comprender los vínculos primarios para poder vincularse afectivamente con el recién nacido. Las mujeres que han tenido infancias traumáticas pueden sentir una intensa angustia al estar embarazadas; pero, precisamente por eso, la psicoterapia centrada en comprender y asumir la propia historia previa vincular puede ser especialmente eficaz en esta etapa”, afirma la Dra. Olza.

Ambas investigadoras, Susanna Carmona e Ibone Olza, junto con la psicóloga Patricia Fernández Lorenzo, participarán en el seminario de Psicología del Embarazo que se celebrará el próximo 18 de enero en Madrid (también se puede hacer online), como parte de la Formación en Salud Mental Perinatal que imparte elInstituto Europeo de Salud Mental Perinatal.

Isabel Fernández del Castillo es periodista especializada en temas de infancia y co-fundadora con Ibone Olza del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal