Literatura

Literatura

El preservativo femenino, ese gran desconocido

Pese a llevar más de 20 años en el mercado, sigue sin gustar demasiado

El preservativo femenino, ese gran desconocido
El preservativo femenino, ese gran desconocidolarazon

Pese a llevar más de 20 años existiendo -y haber experimentado varias adaptaciones ergonómicas- el preservativo masculino no termina de hacerse un hueco en el mercado y es que, la peculiar forma de este anticonceptivo de barrera, similar al de una bolsa de plástico, no parece encajar mucho en un mercado acostumbrado al preservativo masculino.

Pese a llevar más de 20 años existiendo -y haber experimentado varias adaptaciones ergonómicas- el preservativo masculino no termina de hacerse un hueco en el mercado y es que, la peculiar forma de este anticonceptivo de barrera, similar al de una bolsa de plástico, no parece encajar mucho en un mercado acostumbrado al preservativo masculino. Sin embargo, el condón vaginal posee un excelente potencial y de conseguir afianzarse en el subconsciente colectivo podría llegar a ser un gran aliado del sexo seguro. Los expertos de WOOM Fertility, lo explican.

¿Qué es exactamente el preservativo femenino?

Pero vamos por partes, ¿qué es eso del preservativo femenino? Está tan poco extendido su uso -a día de hoy tan sólo el 1,6% de los condones distribuidos a nivel global son vaginales- que es necesario explicar antes de nada, en qué consiste esto del preservativo de mujeres. Este es un método anticonceptivo de barrera, es decir, que además del embarazo también previene del contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Consiste en una funda transparente de nitrilo que tiene dos anillos flexibles en ambos extremos, uno de ellos cerrado. Para colocarlo se inserta la parte del anillo cerrado en el interior de la vagina y, con el dedo índice se empuja con cuidado lo más profundo que se pueda. El anillo exterior debe cubrir los genitales externos.

En la penetración, el pene deberá guiarse dentro del condón y tras la eyaculación se retira el preservativo, que al igual que el masculino es de un sólo uso, apretando y retorciendo el anillo externo suavemente para asegurarnos de que quede cerrado con el semen dentro.

Eficaz pero caro

Si este método anticonceptivo no ha logrado despegar es porque, generalmente, se considera un método menos intuitivo que el masculino además de ser más caro. Aunque con el tiempo ha ido abaratándose, lo cierto es que sigue siendo un poco más caro y difícil de conseguir que el masculino.

Sin embargo, los que lo han probado parecen estar muy satisfechos; en un ensayo de principios del 2000 con 60 parejas a las que se les enviaron muestras a sus casas, el 88% de las mujeres afirmaban que les resultaba fácil de insertar y el 97% aseguraban que la funda era estable durante el coito -este era uno de los factores que creaba más desconfianza en su lanzamiento en los años 90-.

Tanto las mujeres como los hombres dijeron encontrarlo cómodo y si el 98% de las mujeres confirmaron sensaciones satisfactorias durante la relación sexual, los hombres que confirmaron lo mismo ascendió al 100%.

Ventajas frente al masculino

El condón vaginal posee ciertas ventajas frente al masculino; por un lado, el nitrilo es un material que no causa alergias ni irritación, como si le ocurre a mucha gente con el látex, es más resistente, inodoro, puede insertarse en la vagina hasta 8 hora antes de la relación sexual y no es necesario retirarlo inmediatamente después de la eyaculación.

Sin embargo, el mayor de los beneficios radica en que, si bien la mujer debe siempre poder decidir y exigir el método anticonceptivo que desee en una relación sexual, el preservativo femenino le da la posibilidad de protegerse a sí mismas, sin tener que depender de otra persona para realizar sexo seguro.

Más placentero

Hay otro aspecto que no se puede dejar escapar, y es que, uno de los secretos más atractivos sobre el preservativo femenino es su capacidad para aumentar el placer en la intimidad. El hecho de que lo puedas introducir mucho antes de comenzar las relaciones sexuales permite evitar ese momento de parón que supone tener que colocarse el preservativo masculino y que a muchas parejas les supone un engorro o una manera de “arruinar el momento”.

Asimismo algunos condones femeninos están hechos de materiales de transmisión de calor, lo que provoca que la relación se perciba mucho más natural que aquellas con condón de látex. Por otro lado, varios usuarios afirman que el aro externo estimula el clítoris, produciendo más satisfacción para ellas mientras que el interno, muchas veces roza el pene, lo que incrementa el placer masculino.