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Esto es lo que puedes hacer para que tu hijo deje de decir palabrotas

Todos los niños pasan por esta etapa y en ocasiones, puede ser un desafío. Recopilamos las causas, efectos y soluciones para padres y educadores

Insultar o decir palabrotas es un acto grosero y vulgar, sin embargo puede llegar a ser sano si evitamos que estos adjetivos estén acompañados de ira u otra emoción negativa
Insultar o decir palabrotas es un acto grosero y vulgar, sin embargo puede llegar a ser sano si evitamos que estos adjetivos estén acompañados de ira u otra emoción negativaLa Razón

Es común que muchos niños y niñas pequeños pasen por una etapa en la que dicen palabrotas. Este fenómeno, aunque sorprendente para los padres, tiene sus raíces en el desarrollo comunicativo y social de los niños. Al mejorar su capacidad de comunicación y ampliar su vocabulario, los pequeños comienzan a repetir las palabras que escuchan a su alrededor. Aunque la primera reacción de los padres puede ser de escándalo, es fundamental comprender las causas de este comportamiento y saber cómo reconducirlo adecuadamente.

Principales causas del uso de palabrotas en niños

Imitación del entorno

Los niños imitan a las personas que los rodean. Si los padres o cuidadores dicen palabrotas con frecuencia, es probable que los niños adopten ese lenguaje en su día a día. Como referentes más directos, los adultos tienen una gran influencia en el comportamiento verbal de los niños. Además, el entorno social del niño, como sus amigos, también juega un papel crucial. Si sus compañeros utilizan un lenguaje soez, el niño puede incorporarlo para sentirse parte del grupo.

Deseo de encajar

Especialmente en la adolescencia, muchos jóvenes empiezan a usar palabrotas para encajar con sus pares. El lenguaje se convierte en una herramienta para ser aceptado en un grupo y formar parte de una comunidad de iguales.

Llamar la atención

Los niños entienden que las palabrotas son palabras prohibidas y las utilizan para llamar la atención de sus padres. Esta conducta puede ser una señal de que el niño tiene una necesidad emocional no satisfecha. Según María Soto, experta en disciplina positiva, los comportamientos inapropiados suelen indicar una necesidad subyacente no atendida. “Los malos comportamientos son malas decisiones que nos hablan de una necesidad. Y ante su necesidad mal expresada, muchas veces solo tenemos en cuenta cómo lo expresan, no lo que sienten de verdad”, afirma Soto.

Cómo no reaccionar ante las palabrotas

La manera en que los padres reaccionan ante el uso de palabrotas puede influir en la repetición de esta conducta. Por eso, algunas reacciones que se deben evitar son los castigos, gritos y amenazas; estas respuestas pueden generar miedo en el niño, alejándolo de sus figuras de referencia. Así como el chantaje emocional y frases como “me disgustas si hablas así” o “hablando así no haces feliz a tu madre” pueden hacer que el niño sienta que su valor depende de su lenguaje, afectando su autoestima.

Estrategias para manejar el uso de palabrotas

1. Esperar a que el niño se calme: Una vez que la situación se haya tranquilizado, es momento de hablar con el niño. Según Amaya de Miguel, creadora de "Relájate y Educa", “Actuar en estas situaciones desde la calma y el respeto no es sinónimo de ser permisivos o no poner límites. Hablar con firmeza y asertividad crea límites sanos y refuerza los valores familiares”.

2. Reconducir la conducta: Explicar al niño que las palabrotas son ofensivas y que no deben usarse. Esta explicación debe ser clara y sencilla, y es posible que necesite ser repetida varias veces. Tania García, en su libro "Educar sin perder los nervios", sugiere que “cuando insultan y dicen palabrotas en pleno enfado, no hay que alarmarse. Todo forma parte de la rabia interior o de la emoción que sientan en ese momento”.

3. Ofrecer alternativas: Proporcionar al niño otras formas de expresar su enfado, como técnicas de respiración, dar patadas a un cojín, o usar palabras alternativas.

4. Reflexionar sobre las causas: Es importante entender si el uso de palabrotas proviene del entorno, de una necesidad no satisfecha o de la influencia de los padres.

5. Dar ejemplo: Mantener un lenguaje sin palabrotas en casa reduce la probabilidad de que los niños las usen.

6. Establecer límites claros: Firmar un pacto familiar para no usar palabrotas puede ayudar a establecer normas claras y compartidas.

Entender y manejar el uso de palabrotas en niños requiere paciencia y estrategias efectivas. Con una comunicación abierta y respetuosa, los padres pueden ayudar a sus hijos a expresar sus emociones de manera más adecuada y a desarrollar un lenguaje respetuoso.