Psicología
Marian Rojas revela la clave para educar a los hijos sin gritos ni castigos: Empatía y respeto son fundamentales para fortalecer la autoestima
Según investigaciones, los niños que crecen en ambientes donde los gritos son comunes tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión en la adolescencia y la adultez
Educar a los hijos sin gritar ni recurrir a castigos es completamente posible y, según la psiquiatra Marian Rojas, esta metodología es crucial para el desarrollo emocional de los niños. En un análisis respaldado por estudios de universidades de renombre, la experta resalta que la comunicación positiva, la creación de límites claros y la resolución de conflictos de manera constructiva son los pilares para una crianza efectiva y saludable.
Marian Rojas subraya que el uso del miedo y la intimidación en la educación infantil puede acarrear consecuencias graves para la salud mental de los niños. Según investigaciones científicas, los niños que crecen en ambientes donde los gritos son comunes tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión en la adolescencia y la adultez. Los estudios realizados por instituciones como la Universidad de Harvard y la Universidad de Cambridge, muestran que el abuso verbal afecta directamente la autoestima y el bienestar psicológico de los niños a largo plazo.
Comunicación Positiva: Un pilar para fortalecer la autoestima infantil
Uno de los puntos más importantes en la crianza respetuosa es la comunicación positiva, la cual juega un papel fundamental en el fortalecimiento de la autoestima infantil. En lugar de usar frases negativas como "deja de hacer tanto ruido", Rojas sugiere reformular la petición de una manera más respetuosa y empática: "Me encanta cómo te diviertes jugando, ¿podrías hacerlo un poco más suave?". Este tipo de enfoque permite crear un ambiente emocionalmente seguro, donde los niños se sienten valorados y comprendidos, lo que favorece una relación más cercana y saludable entre padres e hijos.
Establecer límites claros y coherentes
Otro principio clave de esta forma de educación es el establecimiento de límites claros y coherentes, sin necesidad de recurrir a la agresión verbal. Según Rojas, brindar a los niños un marco seguro y comprensible les ayuda a desarrollar habilidades de autoregulación y a entender la responsabilidad sin sentirse amenazados. La psicóloga explica que cuando los niños conocen las normas y las consecuencias de sus acciones de manera clara, la cooperación se convierte en una respuesta natural, en lugar de un comportamiento basado en el miedo.
Resolver conflictos de manera constructiva
La resolución de conflictos de manera respetuosa y constructiva es otro componente esencial para una crianza exitosa. Marian Rojas destaca la importancia de modelar un comportamiento empático durante los conflictos familiares. Enseñar a los niños cómo manejar los desacuerdos sin recurrir a gritos ni castigos les permite internalizar estos comportamientos y aplicarlos en su vida diaria. Esta práctica fomenta la inteligencia emocional y el desarrollo de habilidades sociales, fundamentales para su bienestar a largo plazo.
Educar desde la empatía y el respeto no solo promueve el bienestar emocional de los niños, sino que también fortalece los lazos familiares. De acuerdo con diversos estudios de psicología infantil, una crianza respetuosa está asociada con un mayor nivel de confianza y una relación más estrecha entre padres e hijos. Además, los niños que crecen en ambientes donde se les trata con dignidad y se les enseñan valores como la empatía, son más propensos a ser adultos emocionalmente equilibrados y capaces de gestionar sus relaciones de manera positiva.
Como concluye Marian Rojas, “cada esfuerzo por mejorar nuestra forma de criar contribuye a construir generaciones más saludables y equilibradas”. De este modo, la crianza respetuosa no solo tiene un impacto directo en la salud mental de los niños, sino que también sienta las bases para una sociedad más armoniosa y empática.