Psicología

La soledad en la adolescencia perjudica la salud a largo plazo, según un estudio

Más de un 13% de la población española experimenta soledad no deseada de forma crónica

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Aunque suele asociarse la soledad no deseada con las personas mayores, un nuevo estudio pone de relieve que los adolescentes también pueden sufrir de este problema y que sus efectos pueden perdurar durante años. De hecho, más de un 13% de la población española experimenta soledad no deseada de forma crónica, un fenómeno que puede tener repercusiones negativas significativas en la salud física y mental de las personas.

El estudio, publicado en la revista Journal of Adolescent Health por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) y la Universidad de Harvard (EE. UU.), subraya que la soledad crónica no deseada durante la adolescencia podría tener efectos perjudiciales a largo plazo en la salud. Esta investigación longitudinal profundiza en cómo la soledad persistente en los años de juventud puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como el asma o trastornos como la depresión en la adultez.

Un estudio pionero sobre la soledad en la adolescencia

Los investigadores llevaron a cabo un análisis longitudinal utilizando datos de una amplia muestra representativa de adolescentes de Estados Unidos. En concreto, la investigación comenzó en 1994-1995, cuando se encuestó a 20.750 adolescentes con una edad promedio de 15 años. De esta muestra inicial, 11.040 participantes fueron seguidos durante un promedio de 11,37 años, mientras que 9.003 adolescentes fueron analizados durante un periodo más largo, de aproximadamente 20,64 años.

Para evaluar las repercusiones de la soledad en los adolescentes, los investigadores tuvieron en cuenta varios factores, incluyendo la salud física, las conductas relacionadas con la salud, el bienestar psicológico, los factores sociales y las conductas cívicas. Los resultados mostraron que la soledad prolongada en la adolescencia se vinculó con una mayor probabilidad de sufrir ciertos problemas de salud en la adultez, como asma (un aumento relativo del 24%) y depresión (un aumento del 25%). Además, se observó un mayor riesgo de desarrollar trastornos como el estrés postraumático.

Efectos psicológicos y sociales

A largo plazo, los adolescentes que reportaron sentirse más solos durante su juventud también experimentaron dificultades en sus relaciones sociales y emocionales. Estos jóvenes tendieron a tener relaciones románticas de menor calidad, una mayor sensación de discriminación y un bienestar psicológico más bajo, reflejado en menos felicidad, menor satisfacción con el trabajo y una menor visión optimista de su futuro.

Por otro lado, los investigadores no encontraron una relación significativa entre la soledad y las conductas cívicas o prosociales, como la participación en actividades de voluntariado o el compromiso social.

La importancia de intervenir temprano

Los expertos destacan que los hallazgos de este estudio pueden ser cruciales para identificar de forma temprana a aquellos adolescentes en riesgo de padecer problemas de salud y sociales en el futuro. Además, sugieren que implementar políticas y programas destinados a reducir la soledad durante la adolescencia podría ser una estrategia eficaz para mitigar el riesgo de desarrollar enfermedades físicas y mentales a largo plazo.

En este sentido, se hace un llamado a las autoridades y a los responsables de la salud pública para que tomen en cuenta la soledad como un factor de riesgo importante, sobre todo en los jóvenes, y para que desarrollen intervenciones eficaces que ayuden a disminuir la soledad no deseada en esta etapa tan vulnerable de la vida. Las políticas públicas enfocadas en la promoción de relaciones sociales saludables y el apoyo emocional pueden ser clave para mejorar la salud a largo plazo de las generaciones más jóvenes.

Reflexión sobre la soledad en la era digital

Es relevante tener en cuenta que en la actualidad, la soledad en los adolescentes podría verse amplificada por el uso excesivo de la tecnología y las redes sociales, que aunque permiten la conexión virtual, no siempre sustituyen la calidad de las interacciones cara a cara. En este contexto, la intervención en las relaciones sociales y el fortalecimiento del apoyo emocional durante la adolescencia podrían tener un impacto aún mayor, promoviendo la salud mental y física a largo plazo.

Este estudio resalta la necesidad urgente de abordar la soledad en la adolescencia como un problema de salud pública que puede afectar a las generaciones futuras si no se toman medidas adecuadas.