Historia medieval

Así es el castillo medieval que defiende a este pequeño pueblo de las Rías Baixas

Hoy, restaurado y abierto al público, es un importante destino turístico y patrimonial de la región

Así es el castillo medieval que defiende a este pequeño pueblo de las Rías Baixas
Así es el castillo medieval que defiende a este pequeño pueblo de las Rías BaixasCastelo de Sobroso

El Castillo de Sobroso, ubicado en el municipio pontevedrés de Mondariz, es uno de los vestigios más importantes de la historia medieval de Galicia y destaca por la huella que ha dejado en los eventos bélicos, políticos y sociales de la región. Sus raíces se remontan al siglo IX, y desde entonces, la fortaleza ha sido terreno de juego de luchas de poder y ha mantenido un papel crucial en la defensa de las tierras gallegas a lo largo del tiempo.

Un mirador sobre la historia de Galicia

La fortaleza se encuentra en la ladera del Monte Landín, a 334 metros sobre el nivel del mar. Su posición permitió, en su época, controlar el acceso a la villa de Tui y a las principales rutas que conectaban el interior gallego con el mar. Hoy en día, el fuerte sigue siendo un punto de observación, desde donde se puede contemplar una vasta extensión del Condado y del Concello de Mondariz.

Este castillo ha representado una pieza clave en la historia militar de la región. La fortaleza fue construida sobre un poblado castrexo y ha sido una pieza fundamental en las estrategias de defensa del reino. Su nombre viene derivado de la abundancia de alcornoques (sobreiras) en la zona.

Castillo de Sobroso
Castillo de SobrosoTurismo Rías Baixas

Los siglos de lucha

Aunque el castillo actual data de la Edad Media, se sabe que ya en el siglo IX existió una fortificación en la cima del Monte Landín, utilizada por figuras clave de la historia gallega. Una de las primeras referencias documentadas de la fortaleza moderna proviene del año 1117, cuando Doña Urraca, reina de León, fue sitiada en Sobroso por su hermana, Doña Teresa de Portugal. La leyenda cuenta que Urraca logró escapar de los calabozos de la fortaleza a través de unos pasadizos secretos que conducían al río Tea.

A lo largo de los siglos, Sobroso fue testigo de luchas entre las casas nobles gallegas. En el siglo XV, durante la revuelta Irmandiña, el castillo sufrió graves daños. Aunque fue reconstruido por Pedro Álvarez de Sotomayor, conocido como Pedro Madruga, su historia de conflictos no terminó ahí. Fue bajo la lucha entre losSotomayor y los Sarmiento, cuando la fortaleza de Sobroso adquirió su apodo de "chave forte" del reino de Galicia, debido a su control estratégico.

De fortaleza militar a residencia noble

Con la llegada de los Reyes Católicos, la función defensiva del castillo comenzó a declinar. A lo largo del siglo XVI, Sobroso perdió su carácter bélico y se convirtió en una residencia señorial bajo el control de distintas familias nobles. Los Sarmiento, propietarios de la fortaleza durante varias generaciones, fueron los encargados de gestionar el castillo como un centro administrativo y residencial.

La fortaleza experimentó una serie de cambios durante este período, transformándose en un lugar menos orientado a la defensa y más dedicado al control de la jurisdicción. En 1626, García Sarmiento de Sotomayor recibió el marquesado de Sobroso y se encargó de la administración de la zona. Sin embargo, el castillo comenzó a perder su relevancia a medida que avanzaba la modernización de la región.

Vista del Castillo de Sobroso y su entorno natural
Vista del Castillo de Sobroso y su entorno naturalTurismo Rías Baixas

La restauración y el renacimiento de Sobroso

El abandono del castillo fue casi total durante el siglo XIX, pero a finales de ese siglo y principios del XX, la fortaleza comenzó a despertar de su letargo. En 1923, Alejo Carrera Muñoz adquirió el castillo y llevó a cabo una ambiciosa restauración que permitió devolverle parte de su esplendor. No obstante, la fortaleza siguió en ruinas a lo largo de gran parte del siglo XX.

Fue en 1981 cuando el Concello de Ponteareas compró el castillo y comenzó una nueva etapa en su conservación. En la actualidad, la Diputación de Pontevedra es quien gestiona la fortaleza, que ha sido restaurada para convertirse en uno de los principales atractivos turísticos de la región.

Un espacio para la historia y la naturaleza

El recorrido por la fortaleza incluye la visita a tres zonas bien diferenciadas: la muralla exterior, el cuerpo residencial y la imponente torre del homenaje. Esta última, con sus 13 metros de altura, ofrece vistas panorámicas de la comarca, que permiten entender la importancia estratégica del castillo a lo largo de los siglos.

Dentro del recinto, los visitantes pueden explorar las estancias residenciales, que han sido cuidadosamente restauradas para reflejar la vida en la Edad Media. Además, el castillo alberga una exposición permanente que ofrece información sobre su historia y los personajes que marcaron su destino, como Doña Urraca o Pedro Madruga.