
Reconomiento
Galicia honra a Leonor: del acto oficial a la bronca de la oposición
Mientras Rueda defiende el papel de la Corona en la entrega de la Medalla de Galicia, el BNG habla de “blanqueo” y el PSOE se reivindica como “esencialmente republicano”
La entrega de la Medalla de Galicia a la princesa Leonor ha puesto de manifiesto esta mañana la grieta política de España, confrontando, en este caso, el acto institucional con los ataques hacia la corona protagonizados por el BNG y que, en cierta medida, secundó desde la estrategia del distanciamiento el socialismo gallego.
Así, y mientras el Gobierno gallego celebraba la distinción a la heredera al trono como símbolo de “estabilidad, concordia y compromiso institucional”, nacionalistas y socialistas se desmarcaban públicamente, cada uno a su manera, de la monarquía.
El presidente Alfonso Rueda, que presidió el evento en el Pazo de Raxoi, elogió el paso de la princesa por la Escuela Naval de Marín y destacó la “adhesión y lealtad sincera de Galicia a la Corona”.
En su discurso, intercalado en gallego y castellano, defendió una Galicia que “avanza desde el diálogo, la moderación y el sentido de la responsabilidad”, reivindicando la monarquía parlamentaria como pilar de una España estable frente a la “inestabilidad” del escenario nacional.
A escasos metros, el BNG organizaba una protesta en la que dirigentes del partido nacionalista y su organización juvenil, Galiza Nova, se manifestaron en la Praza de Fonseca contra lo que calificaron como “un lavado de cara a la monarquía”, y arremetieron contra la entrega de la medalla a una persona que “no ha hecho ningún mérito por Galicia”.
Bajo lemas como “Galiza Ceibe, Poder Popular” y “fuera monarquía de Galicia”, los nacionalistas arremetieron contra una institución monárquica que calificaron de “anacrónica, corrupta y antidemocrática”.
La protesta fue respaldada por la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín (BNG), quien se ausentó del acto, una ausencia que provocó un duro comunicado del PSOE local.
Su portavoz, Gumersindo Guinarte, acusó a la regidora de “instrumentalizar las instituciones para hacer política partidista” y de incurrir en una “falta de lealtad institucional inexplicable y reprobable”. Recordó además que el jefe del Estado es presidente de honor del Real Patronato de Santiago, una figura esencial para el desarrollo de la capital gallega, y pidió a Sanmartín que “abandone una política de miras cortas” y actúe con “la responsabilidad que implica el cargo”.
No obstante, tampoco el líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, acudió al acto. Desde Navantia Fene, donde se encontraba de visita, alegó que su formación fue representada por la viceportavoz parlamentaria Elena Espinosa.
Besteiro reiteró el “respeto institucional” del PSOE, aunque subrayó que es “un partido esencialmente republicano” y que “no se nos preguntó” sobre la concesión de la medalla. Una respuesta con la que tal vez buscaba equilibrar el respeto al protocolo con la distancia ideológica.
Cariño y lealtad
Frente a las protestas y ausencias, Alfonso Rueda defendió subrayó que la entrega de la Medalla de Galicia a la princesa de Asturias “representa el cariño, la lealtad y la adhesión sincera del pueblo gallego” a la institución monárquica, destacando que la Corona ha sido garante de estabilidad en los últimos años.
Rueda vinculó el actual sistema autonómico al pacto constitucional de 1978, y recordó que Galicia ha sabido construir un modelo de autogobierno “sólido y ampliamente aceptado”, gracias a un clima institucional “basado en la moderación y el sentido de la responsabilidad”.
Durante su intervención, el presiente citó a Castelao y a Otero Pedrayo para reivindicar la lengua gallega como parte de la identidad plural de Galicia, una identidad “absolutamente compatible con nuestra condición de españoles y europeos de pleno derecho”.
Asimismo, Rueda instó a “hacer juntos” frente a las visiones que “minusvaloran” la diversidad de las autonomías, y apeló a recuperar “el espíritu de la Transición” para fortalecer la concordia, la credibilidad institucional y el bienestar de los ciudadanos. “Es una tarea prioritaria en la que contamos con el aliento de Su Majestad el Rey Felipe VI y su familia, ejemplo en una España especialmente necesitada de referentes”, sentenció.
Como una gallega más
Por su parte, la princesa Leonor, visiblemente emocionada, agradeció el galardón con un discurso sencillo, cálido y simbólicamente muy significativo. Alternando gallego y castellano, confesó sentirse “como una gallega más” y reconoció haber estado “acogida y arropada” durante su formación en Marín. "No voy a tener morriña, porque voy a volver siempre", dijo.
Tras el acto, la jornada se trasladó a Marín, donde Leonor fue nombrada Hija Adoptiva de la localidad. Allí la esperaba una multitud entre vítores y banderas, a la que la princesa saludó saltándose el protocolo, entre sonrisas y fotografías.
La alcaldesa María Ramallo le entregó un pergamino elaborado a mano con motivos locales y una medalla institucional. Leonor firmó en el libro de honor del ayuntamiento y dejó una dedicatoria emotiva: “Marín se convierte en nuestra casa. Este sentimiento es hoy mucho más intenso al recibirme como hija adoptiva. Llevaré este título con mucho orgullo”.
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