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Récord
Fernando Frías Fontes, un madrileño nacido en el año 2000, ha hecho historia en el mundo notarial al convertirse en el notario más joven de España. Con apenas 24 años y un aspecto que muchos confunden con el de un becario, este joven ha logrado una de las plazas más deseadas del país: la notaría de Cedeira, un pequeño municipio costero de la provincia de A Coruña, que apenas supera los 6.000 habitantes.
Su llegada, como era de esperar, no ha pasado desapercibida. Tal como se recoge en un reportaje emitido por Noticias Cuatro, Frías ha sido recibido con los brazos abiertos por los vecinos, aunque la sorpresa inicial es habitual. “Se quedan con cara de sorpresa, no me lo dicen por respeto, pero es normal, soy un chaval de 24 años”, reconoce con naturalidad en declaraciones al medio.
Aglaya Fojo, secretaria de la notaría, comenta que algunos clientes incluso la apartan para susurrarle si el joven notario es realmente quien parece. Pero lo es. Y no sólo eso: Frías fue el número uno de su tribunal, con la nota más alta en el dictamen práctico desde que existen registros digitales, una puntuación de 19,7 sobre 20.
El camino hasta la notaría de Cedeira no ha sido fácil. Frías ha relatado en varias entrevistas el enorme sacrificio personal que implicó la preparación de las oposiciones. El proceso para obtener la plaza le llevó 21 meses, cuando la media se sitúa en cinco años. Durante el primer año dedicó hasta 15 horas diarias, todos los días de la semana, con una única comida al día. Ese año apenas descansó cuatro días.
La dureza física y mental fue extrema: “Como no salía de casa empecé a perder musculatura”, explica. Tras un paseo de apenas media hora con su padre, cuenta, llegó a tener agujetas.
Pero oda alegría suele llevar aparejada su propia cruz, y Fernando apenas pudo celebrar su éxito: su hermana, dos años mayor y también opositora, no logró aprobar en la misma convocatoria.
Desde su llegada a Cedeira, el joven notario se ha enfrentado a jornadas maratonianas que poco tienen que ver con su edad, acabando, a veces, a las doce de la noche.
Su elección por esta localidad gallega no fue casual: veraneaba desde niño en Baiona y siente un profundo apego por Galicia, un lugar con particularidades jurídicas propias como los pactos de mejora en las herencias o las restricciones en la compraventa de terrenos por motivos militares.
También se ha llevado una sorpresa por el grado de digitalización de una notaría que, sin conexión a internet, no funciona. Por este motivo, incluso han dotado al despacho de un generador eléctrico que, durante el reciente apagón, convirtió la notaría en el único lugar con luz de todo el pueblo.
Pese a su juventud, en la notaría nadie duda de su profesionalidad. Con una agenda diaria de entre 20 y 30 personas atendidas en persona y decenas de llamadas telefónicas, Frías ha demostrado que, más allá de su edad, lo que cuenta es la solvencia profesional. “Te pueden ver como un chaval, pero a la gente le importa el trabajo bien hecho, que salga con sus problemas resueltos”, señala.
Cedeira puede presumir, sin duda, de tener el notario más joven del país. Y él, de estar donde quiere estar.
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