Gastronomía
Al final, un champagne blanco
Por muchas andanzas que uno tenga en el mundo del vino, por muchos devaneos de vida y desamores que uno acuñe en su alma, desperezarse cada día con un Blanc de Blancs es un regalo.
La casa de champagne francesa de Laurent Perrier, que ha ido acuñando el prestigio en estas últimas décadas gracias a la fineza de sus elaboraciones, marca nuevamente territorio con un espumoso que confesadamente se encomienda a la cultura de la chardonnay en línea directa con la expresión del champagne ligero, transparente, mineral y hermoso para los comienzos de una relación o de una comida.
Beber este Blanc de Blancs de cinco años de permanencia es un canto a la armonía de la soledad.
Leves notas cítricas, recuerdos florales y siempre una secuencia directa desde la boca al corazón. Dicen los que saben del champú francés que debe indagarse en cada una de las parcelas de ese territorio mágico para llegar a los vinos cumbre. La maison declara que este Blanc de Blancs es el resultado de esos terruños de prestigio. Por encima de las fichas y las descripciones técnicas, aquí hay delicadeza, una epifanía de ligera ilusión y el tesoro de lo escondido en una copa que siempre se abre. Laurent Perrier y su nuevo episodio de hermosa entrega a los sentidos.
Bodegas: Nombre: Blanc de Blancs.
D.O: Champagne
Precio: 99 euros.
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