Gastronomía
La redonda expresión de Barón de Chirel
Corría el año 1986 cuando se pudo disfrutar de la primera añada de un vino considerado el genuino precursor de la modernidad riojana. Mirando las fórmulas de elaboración bordelesa, se quiso hacer un tinto riojano a la manera del Médoc, y con la complicidad del viñedo viejo excelente que tiene esa casa. Paco Hurtado de Amezaga y la familia Aznar gestaron un vino que rápidamente se convirtió en objeto de culto.
En la bodega Marqués de Riscal han conseguido que ese vino de añadas especiales sea un lujo al alcance de mucha gente. Su poderosa factura como vino de reserva, se manifiesta con una intensísima capa cereza oscura y una sinfonía de aromas para la habilidad del disfrutón. La buena crianza deriva en elegantes notas especiadas, y lo que es más relevante en la auténtica dicotomía del vino de nivel de estos tiempos, dominado por la frescura y la amabilidad sin matices.
Barón de Chirel es un gran vino y el mejor pasaporte para comer con los amigos que merecen una conversación y un guiño.
Bodegas: Herederos del Marqués de Riscal.
Nombre: Barón de Chirel 2016.
D.0.Ca: Rioja.
Precio: 69 euros.
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