El mito Raúl Pérez

En este país de bodegueros sin duda hay un personaje querido, anhelado y codiciado como es Raúl Pérez. Berciano que ha dignificado la mencía como pocos, se define como viticultor, pues después de muchas andanzas todo acaba en el viñedo. Eso con la complicidad de muchos buscadores de lo autóctono. Así ha rescatado paisajes e imaginado vinos. En muchos rincones incluido Portugal y una delicatessen sudafricana, va dejando una impronta de vinos. Esa personalidad que sabe oscilar según los casos, las tipicidades y esa voz susurrante de cada territorio y estado del alma.

Mucho trabajo de campo, y poca intervención si el resultado es brillante. De su centón de vinos apetece recuperar el vino con el que empezó esta saga, llamado Ultreia o grito de ánimo de los peregrinos jacobeos, máxime en este año santo. La mencía en estado puro, limpia, mucha fruta roja, con el raspón que le da todo su sello a este tinto vino de recuperación del Camino de las estrellas. O la dulce intensidad de la memoria. o parcelas. Y para nota, su vino grande, O Soro.