El año de Nacho Manzano

A veces también Michelín acierta. La famosa biblia roja que otra parte cada vez tiene menos predicamentos en el mundo de la gastronomía mundial en favor de otras listas, ha puesto en su particular trono al cocinero asturiano Nacho Manzano. Querido por todo el mundo, gente de familia, ha sido reconocido con los tres macarrones en la Gala 2025. Este año le ha tocado a Murcia la opereta que se monta por la chupipandi gastronómica para celebrar que buenos somos todos.Hay mucho nivel de cocineros, pero no sé si tantos para que hayan sido 32 las casas de comida estrelladas. Será casualidad, pero mucha Cataluña. Y si hablamos de las cuotas, solo dos damas con su nombre en la chaquetilla. España tiene nivel, y Michelín lo reconoce, siempre a su aire, como una especie de lotería que necesitaría mayor motivación.

Hay un escalón muy interesante que es el pódium de la plata. Esto es, los restaurantes con dos Estrellas Michelín. Y hay dos visiones gaditanas seguramente antagónicas: por una parte, la extensión de Angel León en Alevante; y por otra parte, la visión más clásica y afrancesada de Lu en Jerez. Antiguos amigos y compañeros, hoy tan distantes. Completa la trilogía el gallego Retiro DaCostilla.

Mucha bulla, muchos abrazos, mucho discurso estuciasta sobre la sostenibilidad, y una agridulce sensación de saber que no es oro todo lo que reluce. Cuando se apaga la luz de la estrella, hay que volver a lidiar con los problemas del personal, con la carestía del producto, y con la incomprensión de muchos hacia la cocina creativa que premio Michelín. Los murcianos Arde Bogotá han puesto su música de hoy, aunque sea desenchufada, para elevar el ánimo de la cofradía michelinera cada vez más volcada en sí misma. Menos mal que nos queda viajar a Casa Marcial.