Buezo Nattan Reserva 2005, presente y futuro de esta bodega de D. O. Arlanza

Un 100% Tempranillo de la Denominación de Origen Arlanza y sólo 10.000 botellas como producción. La elaboración se basa en selección manual de racimos en viñedo y de bayas en bodega con trasiegos por gravedad y fermentación alcohólica en depósitos troncocónicos de acero inoxidable con temperatura controlada y dos remontados diarios. Fermentación maloláctica en tinos de roble francés con temperatura controlada.

Tipo de suelo: Calcárea con zonas graníticas. ; Orientación: Norte – Sur. (860 m. de altitud). ; Clima: Continental. ;

Crianza: En barrica nueva de roble francés (100%), durante un período mínimo de 14 meses, permaneciendo en

botella al menos 72 meses más redondeándose.

Fase visual: Vino limpio, de capa muy alta. De color rojo cereza con ribete granate, muy bien conservado.

Fase olfativa: En la nariz es limpio, con gran franqueza, complejidad y buena intensidad aromática. Elegante y

atlántico. Conserva patente la fruta en forma de frutos rojos y negros muy maduros, toques de trufa negra y

chocolate amargo. Después aparecen las notas terciarias a tostados de la madera, caja de puro.

Fase gustativa: Seco, con estupenda acidez y perfecto equilibrio. Bien estructurado y amplio, Los taninos están

presentes pero muy pulidos. Tras el trago deja un largo recuerdo con gran persistencia, apareciendo aromas

especiados, ahumados y de chocolate amargo por vía retronasal.

Comentarios: Vinos elaborados de forma artesanal, con apenas filtraciones (excepto las obtenidas de forma natural

por decantación, mediante su elaboración por gravedad). Con posibles precipitaciones de materia colorante con el

paso del tiempo.

Temperatura de servicio: 14 – 16 Grados. Es conveniente decantarlo con anterioridad.

Maridaje: Pastas con salsas fuertes, guisos de carnes, carnes a la parrilla, quesos grasos y picantes (de untar, gruyer,

muy curados y azules) y de postre con chocolates y trufas (especialmente amargos).

En 1999 recuperaron en Buezo una tierra con amplia tradición vinícola, que comenzó en el siglo X y, que quinientos años después, según cuenta la historia, produciría el vino que Colón llevó a las Américas. Estudian sus suelos, su climatología y procedieron a plantar las variedades de uva idóneas para este entorno. El resultado de todo ello ha sido conseguir una base inmejorable para poder obtener una uva “excelente”, en todas y cada una de las variedades plantadas.