El chiringuito de Diego Guerrero: El Náutico de San Vicente do mar, destino de músicos y cocineros

En la imagen que ilustra estas líneas, Diego Guerrero se encuentra en la playa de La Lanzada, en Sangenjo. Sin embargo, este verano poco puede descansar, ya que tiene compromisos gastronómicos en Turquía y en Japón. Creativo donde los haya, lo que más le motiva es la búsqueda de caminos nuevos. De hecho, transita por unos senderos culinarios interesantísimos en los que se hace con productos, técnicas y procesos que le inspiran, además de temáticas, que dibujan un mes de septiembre con ideas rompedoras. Las mismas a las que nos tiene acostumbrados: «Tenemos cosas entre manos, que nos ponen las pilas», dice el cocinero de Dstage y de Dspeak. En esta ocasión, nos habla de El Náutico de San Vicente do Mar (El Grove), con un Solete Repsol, en El Grove. Se encuentra en un enclave que le entusiasma por precioso, por la gente, por el mar y por la gastronomía: «Es un lugar súper relajado en el que escuchar buena música y comer muy bien. De hecho, su buen amigo Pepe Solla cuenta con su rincón de hamburguesas a lo que se suma los conciertos celebrados al lado del mar, «así que el ambiente que se forma es idílico», afirma sobre este destino mítico, que va más allá de lo culinario al ser también reducto de numerosos grupos musicales: «Te puedes encontrar allí a gente a la que admiras y se genera una comunidad muy bonita», añade.

Lo conoció, dice, hace años gracias a Pepe y a Javi Olleros: «Cocinamos allí varias veces para los músicos», continúa. Y, enseguida, entabló amistad con Miguel, el dueño, «una persona entrañable y bohemia, que ha creado en El Náutico algo increíble desde hace cerca de 30 años. Es el sitio al que volver siempre por la calidad y la hospitalidad que ofrece. Todos los años, después de Port América hacemos una comida entre el equipo de Pepe Solla, de Begoña Rodrigo, de Dstage y de Dspeak». Según sus palabras, para que un chiringuito merezca la pena, debe reunir varias cuestiones: «La comida es importante, sí, pero con que hagan una buena ensalada es suficiente. Además, debe reunir esos detalles que crean una hospitalidad familiar y cercana, que te haga sentir como en casa. En definitiva, que quien lo gestione dé buen rollo y genere armonía. Porque cuando vas a un chiringuito es que estás de vacaciones y lo que quieres es relajarte y quitarte el estrés. Por eso, necesitas rodearte de un montón de intangibles en un entorno en el que el paisaje es precioso, hay música y puedes hacer unas actividades que te relajan, como bañarte en el mar y hacer deporte», prosigue. Diego sale a correr por salud mental y física, «pero no soy runner. Y, cuando puedo, hago surf». Dicho esto, en los chiringuitos nos aconseja ser exigentes, pero siempre entendiendo el contexto en el que nos encontramos: «A partir de ahí, que la cerveza esté fría, claro, y el tomate de la ensalada, mejor que sea bueno. La exigencia debe existir siempre, pero adecuada al contexto», explica convencido de que el comensal foráneo se lleva en la maleta una buena imagen de nuestro país. En Dstage, entre un 60 y un 70 por ciento son de fuera. ¿Cómo encuentra Madrid? Preguntamos: «Con una sobreoferta, que se debe de ordenar. No toda la veo con criterios de calidad».

Su recomendación: las hamburguesas con el sello de Pepe Solla

► Donde:

Playa de la Barrosa, s/n. San Vicente do Mar. El Grove, Pontevedra.

► Precio medio: 20 euros.

► 986 73 82 20.