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Gastronomía
Dónde hace check in Raúl Resinoi... En Musclarium, la batea más antigua del Delta del Ebro
Al cocinero, cuya propuesta está enfocada al mar, le entusiasman las ostras y los mejillones de este enclave

Sentarse en el templo marinero regentado por Raúl Resino (restauranteraulresino.com), en Benicarló, iluminado con una estrella Michelin y dos soles Repsol, es bucear por la cultura gastronómica tradicional marinera: «Toda nuestra cocina está enfocada en el mar. Por eso, sólo servimos pescados y mariscos de nuestra lonja. Sólo algún molusco procede de San Carlos de la Rápita, que está a quince minutos», nos explica el cocinero, quien sugiere a sus comensales un menú (105 euros), compuesto por 14 degustaciones grandes amigas del albariño de Bodegas Hispano Suizas, un ejemplar que forma parte de las 700 referencias que componen su bodega. En definitiva, en su casa la pesca del día es protagonista: «Tenemos la suerte de tener la pesca de la luz del boquerón y de la sardina, ahora espectacular, con toda su grasa», dice. Es una técnica de pesca nocturna, en la que se utiliza la luz para atraer a los peces y en ella se emplea una embarcación con una iluminación potentes «porque es el reclamo. Salen tersos, vivitos, coleando y con todas las escamas. Salen perfectos. La temporada dura hasta octubre o noviembre y es precioso verlo», apunta Raúl, quien sorprende a sus cliente con este boquerón servido con hinojo de mar y tierra: «Es un plato muy vistoso, con muchos matices y fresco, que salió de la nada y gusta mucho», añade. Acostumbra a disfrutarlos también en el restaurante Pau (@paurestaurant), donde los sirven fritos, crujientes, sólo con sal y limón o a la plancha. Asimismo, recuerda que en el mercado de abastos es divertido comprarlos y llevarlos a cualquier bar para que te los preparen a la plancha, lo mismo que los langostinos: «Tú mismo puedes seleccionar el producto, que, a veces, llega hasta vivo», prosigue. Para comer unos mejillones bestiales, se escapa a San Carlos de la Rápita, municipio que ya pertenece a la provincia de Tarragona, pero que está a quince minutos de su restaurante. Una vez allí, toma rumbo a Musclarium (musclarium.com), un lugar espectacular, que se encuentra en el corazón de la bahía de los Alfaques, un entorno idílico para vivir experiencias náuticas y gastronómicas. Nos referimos a la batea más antigua, ya que data de 1942, en la que se crían ostras y mejillones a degustar en esta ubicación al natural o en distintas elaboraciones: «Te van a buscar a la orilla del puerto y los disfrutas en medio del mar con una copa de cava en mano», afirma. Al vapor, con una pizca de romescu, promete, son una delicia. Con ellos, el cocinero elabora un platazo, que se resume en una brandada hecha en harina de arroz sólo con éstos y ortiguilla de mar frita. Elaboración que antecede al pez espada de anzuelo escabechado en frío.
Langostinos
El trasmallo es el arte de pesca por excelencia para capturar los langostinos, que durante el verano se encuentran en todo su esplendor. En su casa, los ofrece templados en su jugo a la lavanda ¿Dónde comerlos también? Preguntamos. Raúl, los pide en Casa Jaime (casajaimepeñiscola.com) y en Neptuno (Benicarló). Si decide adquirirlos y disfrutarlos en el mercado, nos recomienda comprarlos, y ya que estamos, una sandía y un melón, porque son puro sabor.
El día que se escapa a darse un baño, escoge cala Badum, por eso de huir del gentío. Y, al estar en Peñíscola, el tinto de verano frío, con unos chipirones fritos los pide en Nudo Beach (nudobeachclub.com), un chiringuito sobre el mar, que es maravilloso.
Por último, Miramar, la casa de Paco Pérez, con dos brillos de la biblia roja, en Llança, y Aponiente, la de Ángel León, con tres, en el Puerto de Santa María, son sus destinos más inminentes donde está deseando hacer check-in.
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