Gastronomía
Dónde hace check-in Quique Dacosta... También en aquellos espacios de Dénia que nos recomienda en los que comer muy bien a un buen precio medio
"Octavo" se denomina el menú degustación de temporada, que sirve en su tres estrellas Michelin y tres Soles Repsol
Cocina «por amor al arte», su filosofía entre fogones, ya que su pasión por el oficio posee un halo de belleza. Para hacérnoslo entender durante una cita, sentó a la mesa a diferentes personas de disciplinas artísticas asociadas a las bellas artes con el objetivo de mostrar su modo de entender la cocina, su lenguaje como una disciplina artística, que se suma a las siete habituales. De ahí que el menú de temporada en Quique Dacosta Restaurante (quiquedacosta.es) se llame «Octavo» (315 euros; armonía de vinos, 165; armonía de vinos Premium, 215: «Nos comunicamos a través de nuestros platos, deseamos que hablen de nosotros y lo hagan las materias primas», dice, al tiempo que reconoce que uno de sus días más interesantes y divertidos del año es aquel en que acude con su mujer, Andrea, a Mugaritz. Sí, a visitar a Andoni Luis Adúriz les gusta ir juntos, porque «además de ser un ejercicio hedonista, hay una intención intelectual en la experiencia. Nos genera mucha conversación. Por eso volvemos cada temporada», añade Quique.
¿La compra? Salazones
Al preguntarle por ese destino fuera del circuito gastronómico que le entusiasma y por el que se desviaría de la carretera señala Casa Gerardo (Prendes. Asturias), con una estrella Michelin y Marcos Morán al frente. Un apunte, el salpicón de bugre y el bogavante del Cantábrico con vinagreta de Geles son manjares deliciosos. Tomen nota, porque nos sigue dando pistas. Le ilusionaría llevar a Andrea a Alchemist (Copenhague), del cocinero Rasmus Munk, porque ninguno de los dos conoce el restaurante y «es un lugar en el que la intención de abrumar al comensal con muchos imputs es clara».
Según su opinión, Casa Federico es ese local de Dénia que es una apuesta segura, porque se come rico y a buen precio. El tres estrellas Michelin ha hecho «check-in» a menudo, ya que la persona que lo regenta prepara unos platos «honestos y sencillos». Y, como ejemplo, nos pone el arroz a banda y el pulpo a la llama, además de los pescados frescos del día. El Pegolí es otra dirección que todos debemos tener en el radar el día que nos apetezca tomar buen marisco recién llegado de la lonja y un sublime arroz con vistas al mar. Por supuesto, es fácil encontrarle en los establecimientos de su propiedad en Valencia, ya que en ellos se sienta a comer una vez a la semana. Estos son El Poblet, con Luis Valls como ideólogo de la propuesta, Vuelve Carolina y Llisa Negra: «Voy a trabajar, pero siempre encuentro cosas que hacer, que mejorar e ideas nuevas que implementar», apunta. Hace poco volvió a La Finca, de Susi Díaz: «Llevaba mucho tiempo sin ir y no sé por qué. Disfruté de una comida especial, rica, sofisticada y elegante. Me sorprende que sólo tenga una estrella. Recuerdo unas mariposas de alcachofas increíbles y un arroz de la albufera con salmonete de locura». Su producto favorito de verano es el tomate y en Pont Sec, de Pep Romani, lo disfruta. Tiene su propio huerto y lo sirve entre las hojas de la mata con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Y, por eso, tampoco se pierde el concurso, que tiene lugar en Els Magazinos, donde se presentan las mejores variedades de la Comunidad Valenciana.
Antes de coger carretera y manta, la visita al mercado de abastos de Dénia es obligada, por eso de volver a casa provistos de salazones (huevas de atún, «tonyina de sorra», ventresca en salazón…). Casa Jondal, de Rafa Zafra, es para él el mejor chiringuito del mundo porque el cocinero ha encontrado «un lenguaje de cocina marinera sencillo. Es la perfección hecha chiringuito ibicenco», reconoce. Allí se escapa en cuanto puede. ¿La próxima? Le encantaría que fuera Ostería Francescana, de Massimo Bottura.