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Carla, Irene y Victoria, la influencia mediática de las sobrinas reales

Hasta ahora, solo la hija de la Infanta Elena daba titulares. Carla Vigo se ha unido a la corte de la Prensa muy a su pesar. Irene es aún menor, pero las tres darán mucho que hablar

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Las tres sobrinas reales, Carla, Irene y Victoria, presentan una características comunes a pesar de su desarrollo ambiental diferente. Emocionalmente han vivido situaciones complicadas y trágicas. Irene ha visto cómo su padre entraba en la cárcel; Carla, la muerte de su madre; y Victoria, el ictus de su padre y el posterior divorcio del matrimonio.

En los últimos días ha sido Carla la que ha causado más expectación. Hasta que no cumplió 18 años, la hija de Erika Ortiz y Antonio Vigo mantenía una gran discreción. Tanto es así que no hay imágenes suyas compartiendo salidas de “primas” con la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Tampoco con la abuela Paloma Rocasolano, la bisabuela Menchu o la tía Telma, familia materna de la joven. Desde que murió su madre se fue a vivir con su padre y, a pesar de lo que en ocasiones se ha dicho, la custodia y la patria potestad la ostenta el profesor de Bellas Artes.

La Reina Letizia no ha tenido necesidad de ejercer de tutora porque nunca lo fue. La joven ha tenido un desarrollo equilibrado gracias al ambiente familiar que su padre formó tras morir Erika. Tiene dos hermanos más, hijas de Vigo, y según ella misma publicó en sus redes sociales, se quieren mucho. La relación con las primas Borbón es buena pero, por la diferencia de edad, el trato no es cotidiano salvo en las reuniones familiares de los Ortiz y Rocasolano que nunca son públicas. No solía faltar a la merienda del día del 6 de enero con roscón incluido en casa del abuelo Ortiz. Hasta que superó la adolescencia y preferió pasar la tarde con sus amigos de Aranjuez, donde vive. Este año, por ejemplo, no acudió a la cita rosconera y, como ella misma explicó en la conversación que mantuvo con un periodista de “Viva la Vida”, tampoco acudió a la casa de su tía Doña Letizia la noche del 24 ni el día de Navidad. No hay desencuentros entre la hermana regia de su madre y menos con sus primas pequeñas. Cuando sucedió el encontronazo en la catedral de Palma entre las dos reinas , Carla salió en defensa de la princesa de Asturias en su Twitter.

Victoria Federica no tiene nada que ver con Carla. Ni en lo referente a los estudios, donde la joven Vigo Ortiz destaca, ni en la manera de disfrutar del ocio. La nieta de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía se ha convertido en un gran reclamo mediático y ha recibido ofertas para ser estrella del “photocall”. Por el momento, no ha aceptado y tampoco hace posados como su «cuñada» Mar Torres, convertida en “influencer”. Victoria vive con su madre en el piso del barrio del Niño Jesús que le regaló Don Juan Carlos y tiene sus más y sus menos con la Infanta. Los desencuentros maternos filiales no son diferentes a los de cualquier post adolescente. Como siempre las horas de llegadas son motivos de discusión. No ha sido buena estudiante, aunque fue su hermano el que se llevó el título de “tripitidor”. Algo que no era cierto pero que, una vez publicado, quedó como referente. En su día, Jaime de Marichalar me transmitía que esa información era errónea. “Felipe repitió un curso. Nada más”. A Victoria le pasó lo mismo. Tras su paso por el internado británico Mayfield St. Leonard, donde permaneció tres años, se incorporó al colegio Internacional School, en Madrid. Ese curso suspendió casi todas las asignaturas y tuvo que repetir. Ahora estudia en la misma universidad americana que su hermano, donde no se requiere la Selectividad. Disfruta de su vida adulta y a partir del jueves sus salidas nocturnas son habituales. Muchas veces quedan grabadas por amigos y conocidos. Pero a ella parece no importarle que suban a Instagram imágenes de ella bailando, fumando o acompañando a su novio, el dj Jorge Bárcenas en la cabina.

En este sentido, Carla Vigo es mucho más discreta o puede ser que sus amistades la cuiden más. Salvo lo que ella misma cuelga en su redes sociales, no hay constancia de esa publicidad alternativa. Carla tiene también un perfil solidario y reivindicativo del que aparentemente carece Victoria Marichalar. Y tampoco tiene afición taurina.

Irene Urdangarin es aún menor de edad y al vivir en Ginebra su día a día es mucho más privado. Este verano pasó, como cantaba Julio Iglesias, “de niña a mujer”. Su aparición en la clínica Quirón para visitar al abuelo Don Juan Carlos, recién operado del corazón, mostró a una adolescente que acababa de cumplir 14 años, guapa y estilosa. Es unos meses mayor que su prima Leonor, pero mientras la apariencia de la princesa de Asturias es más infantil, Irene presenta otra evolución física. La niña Urdangarin es la décima en la línea de sucesión al Trono, grande de España y excelentísima señora. Estos tratamientos también los ostentan sus hermanos y los Marichalar Borbón. Siempre que Irene viaja a Madrid se instala en Zarzuela con la abuela Doña Sofía. En estos desplazamientos, que no son visibles, hay veces que cambia el palacio por la casa de sus primas Leonor y Sofía, donde se queda a dormir. Y en septiembre pasado hubo una especie de «fiesta de pijamas» que compartieron Miguel e Irene con las hermanas Borbón Ortiz.