Los padres que renegaron de sus hijos: el ADN no miente

Julio Iglesias, Bigote Arrocet, El Cordobés, Alberto II de Bélgica, Alberto de Mónaco, Samuel Eto’o, Carlos Baute son algunos de los padres que no han querido mantener una relación afectiva con sus hijos biológicos. En algunos de estos casos aún está por determinar esa filiación por sentencia definitiva pero en todos ellos hubo los suficientes indicios para que se admitiera a trámite la demanda de los interesados.

Por ahora el último personaje que ha recibido la citación es Bigote Arrocet. El humorista deberá presentarse el lunes en el instituto de Toxicología de la Rozas (Madrid) para someterse a la prueba de ADN. La primera vez no acudió y ahora tampoco parece que lo vaya a hacer. La semana pasada el ex novio de María Teresa Campos explicaba que nunca había negado que fuera el padre de Alexis. La madre aceptó en su momento que no se inscribiera con su apellido sino con el suyo, ya que el recién nacido era nieto del gran Kiko Ledgar.

Alexis de 39 años en la actualidad no tuvo de pequeño mucha relación con el cómico, que tampoco colaboró con su manutención. En aquellos años estaba casado con Rocío Corral y la relación con Anette era clandestina. El abuelo Ledgar nunca supo que el humorista que colaboraba en “Un, dos, tres” y que hizo popular su «piticlín, piticlín» era el padre de su nieto. Murió sin saberlo.

Si el cómico evita su presencia en el centro médico para la prueba genética le podría suceder lo que a Pepe Navarro y Julio Iglesias. Ni el periodista ni el artista quisieron someterse al análisis y sendas sentencias judiciales fueron desfavorables para los padres biológicos. Este procedimiento de adjudicar las paternidades ante la incomparecencia del supuesto padre tiene como fin defender los derechos fundamentales del hijo biológico. El abogado Javier Osuna, experto en este tipo de demandas, explica que «cuando no se presentan a la cita judicial benefician al hijo biológico ya que se considera que no hay buena fe».

El letrado acreditó en su día la paternidad de El Cordobés de Manuel Díaz y de Javier Sánchez de Julio Iglesias. En este caso, el hijo de María Edite llevaba más de cuarenta años para demostrar su filiación que en primera instancia fue favorable el pasado año en el juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia. El cantante recurrió y en breve la Audiencia de Valencia dará el veredicto de este recurso, siendo un caso de lo más mediático. Lo curioso de este caso es que Javier Sánchez ha recibido ofertas de empresas que compran “derechos hereditarios”. Son inversores que adquieren créditos y litigios que se subrogan del posible patrimonio que puedan recibir los herederos. Al resultar complicado calcular estas fortunas y con un coste económico altísimo este tipo de negocio sí tiene esa capacidad de desarrollo. Javier Sánchez aún no ha cerrado compromisos con ninguna de ellas.

Julio Iglesias nunca ha querido tener ninguna relación con el que se ha convertido en su octavo hijo. Tampoco ha querido establecer contacto El Cordobés con Manuel Díaz. Ahora ya le da igual pero sí tuvo esperanza de ese encuentro que habría cambiado las cosas. Los amigos y conocidos de Manuel Benítez no entienden esa cabezonería que no le beneficia ni de cara a la imagen pública ni personal. “Manuel es el ejemplo de buena persona, cariñoso, familiar que cuando interpuso la demanda era para reivindicar la honorabilidad de su su madre. Una mujer que se quedó embarazada muy joven y que sacó ella sola a sus hijos adelante. Nunca ha querido el dinero de su padre y de hecho no solicitó nada en este aspecto”, asegura Osuna.

El ex jugador del Barça Samuel Eto’o no acudió a la citación el 3 de febrero en el juzgado de Primera Instancia número 83 de Madrid. Erika de 19 años tiene también ese sentimiento de abandono por parte del futbolista. La psicóloga Emilia Sánchez explica que “los hijos no reconocidos son más vulnerables en sus relaciones”.

Desprotegidos

De todas las reclamaciones que se han solventado positivamente para los demandantes solo El Cordobés y Alberto II de los belgas se sometieron a la prueba de paternidad. El monarca no tuvo más remedio que aceptar la orden de la corte de Apelación de Bruselas que le conminó a cotejar su ADN con el de su supuesta hija y la madre de ésta, la baronesa Sybille de Selys, después de que negara su paternidad. A principios de enero Delphine Boël se convertía en la hija legal a todos los efectos. La parte afectiva no se puede imponer por sentencia judicial y es en ese aspecto donde los hijos biológicos continúan desprotegidos.