Entrevista

Himar González: «En temas del corazón soy siempre de tiempos cálidos»

La meteoróloga se formó como actriz de teatro mientras estudiaba Física y considera su vida privada un tema tabú

Himar González, meteoróloga
Himar González, meteorólogaHimar GonzálezHimar González instagram

En plena pandemia, nos dio un susto que no esperábamos. Afortunadamente, todo quedó en eso y su cálida sonrisa volvió a acompañarnos a diario más allá de que la pobre, últimamente, se vea siempre obligada a decirnos que el tiempo que nos espera va a ser una auténtica mierda apocalíptica… Porque ser señora del tiempo es lo que tiene, que nunca llueve a gusto de todos. Y en eso, Himar González es una resiliente que ni el soldado universal.

–¿De niña no quiso ser actriz y cantante o es que ya sabía pronunciar meteoróloga?

–Actriz y cantante supe decirlo a la par. Pero los inesperados caminos de la vida acabaron conduciéndome hacia las ciencias puras. Me licencié en Física, especializándome en Física Aplicada y de la Atmósfera, pero mientras estudiaba la carrera, me formé como actriz de teatro.

–¿Por qué las meteorólogas son ustedes tan guapas?

–Sobre todo, muy inteligentes, sí.

–Señora del tiempo suena a novela de Tolkien, ¿no le parece?

–A mí me suena más a «Cinco Horas Con Mario». Incluso, si me apuras, podría pasar por una novela de Stephen King.

–¿Quién le pone los nombres a las borrascas?

–Depende de en qué parte del mundo estemos… Pero siguiendo el orden alfabético, se eligen por consenso entre los cuatro países 21 nombres que no sean difíciles de pronunciar en ninguna de estas lenguas y alternando entre masculino y femenino.

–¿A Filomena nadie le había comentado lo del calentamiento global?

–Bueno, el que estemos bajo un calentamiento global sin precedentes no implica que no se sigan dando olas de frío… Y que en España, un territorio ínfimo a nivel global, hayamos tenido esta gran e histórica nevada no significa que en el resto del globo terrestre el tiempo fuera muy distinto. En Grecia, mientras nosotros nos congelábamos, ellos rondaban los 30 grados.

–¿Qué fue más complicado: aprender qué es una isobara o las cordilleras, golfos y cabos de esta España nuestra?

–Creo que ninguna de las dos cosas...

–¿Qué es una isobara?

–Una isobara es una línea que se traza sobre un plano de presión atmosférica caracterizada por unir los puntos de misma presión en superficie.

–Lo del anticiclón de las Azores ¿es una leyenda urbana como la historia de la niña, el foie grass y «Sorpresa, Sorpresa»?

–¡A una canaria no le puedes decir eso! El Archipiélago Canario tiene el clima que tiene gracias al Anticiclón de las Azores. De lo contrario, las islas serían como el desierto del Sáhara.

–Por cierto, ¿cómo se encuentra usted de su dolencia?

–Pues muy bien ya, muchas gracias. En la revisión ha salido ya todo absolutamente normal. Quedará como una experiencia más de la vida.

–¿Se esperaba esta avalancha de cariño y preocupación?

–No me lo esperaba para nada. Me deslumbró tantísimo cariño, afecto, apoyo y fuerza. Es algo que llevaré conmigo eternamente.

–Confiéseme que no se ha paseado por todo Madrid con un paraguas porque su predicción decía que llovia y resulta que ni una gota, oiga.

–Pues la verdad es que no...

–Cuando alguien le hace gracietas de este tipo, ¿qué opina?

–Nada, me río con ellos.

–Esa pareja a la que le montó el pollo por ese fin de semana chafado por la lluvia, ¿cómo se llama? ¿Le conocemos?

–Vaya, qué lástima... Como nunca me ha pasado, no podré levantar el tabú de mi vida privada y hablarte de esa pareja, si es que la hubiera.

–¿Por qué los hombres realmente interesantes no resultan nunca sexys?

–¿Y qué ecuación matemática es esa?

–¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?

–El amor puro me gusta en su totalidad.

–¿Es usted friolera o calurosa? ¿De desiertos o de polos?

–Friolera. Aunque tras tantos años en Madrid, ya estoy hecha al frío y hasta le encuentro su encanto... Pero, sin duda, dame un desierto. Una selva tropical también me va perfecto.

–¿Y con el corazón es de extremos o de tiempos cálidos?

–Siempre cálida.

–Ese lugar que repetiría aun cayendo chuzos de punta.

–Tantos... Y creo que en casi cada lugar de los que he estado me ha perseguido algún fenómeno meteorológico adverso para recordarlo. En Tailandia, una lluvia monzónica... Como dos piscinas olímpicas caídas encima. En el Sáhara, tormentas eléctricas, con granizo incluido. Olas de frío sin precedentes en América del Norte… Ni en vacaciones el tiempo me deja descansar.

–Un cóctel, pese a 12 grados bajo cero.

–Un Spritz de aperitivo, en buena compañía.

–Una comida a 40 grados a la sombra.

–Pregúntamelo a partir de julio, a ver qué me apetece. Ahora mismo estoy mimetizada con el invierno.

–Dicen que si uno quiere dedicarse al porno, hay que empezar por el nombre artístico y el mejor se consigue uniendo el nombre de su mascota con el de su calle, ¿cuál sería el suyo?

–Evitemos que alguien se atragante con el café mientras nos lee.