Crónica

No sé, pero los besos apasionados de Díaz Ayuso no parecen política de odio

La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoRicardo RubioEuropa Press

Después de que pillaran a Isabel Díaz Ayuso besando a tornillo en Ibiza a su técnico sanitario (un homenaje muy superior a los aplausos en los balcones), las tres lideresas de Más Madrid siguen diciendo que guerrearán como Capitanas Marvel «contra las políticas de odio de Ayuso». Si el amor es el motor de la política, como dice la Belarra, no parece que la presi de Madrid lo tenga gripado. ¿Odio ahora que se ha echado novio? Pero si está cuajada de cariño, mimos y besos. Hombre, nadie esperaba que las tres princesas de Más Madrid hicieran un fondo común para regalarle flores por el noviazgo, una relación que, por cierto, aún no ha sido bendecida por Ignacio Escolar, el más ferviente admirador de Isabel en La Sexta, pero de ahí a seguir con la tabarra del odio va un abismo o un barranco como por el que se tiraría Iván Redondo en heroico y emotivo acto de fidelidad hacia Sánchez. Un final digno de «Amar es para siempre». Ni Corín Tellado, en la apoteosis de su romanticismo, imaginó algo así. No sé si de amor, pero Jordi Pujol está lleno de fe. Dice en el libro de sus confesiones en plan San Agustín: «Tengo la esperanza de que, como le ocurrió a Jonás en la Biblia, tirarme al mar calme la ira de Dios, el pecado sea expiado y la ciudad de Nínive, salvada». ¿Nínive o Andorra? Jonás fue engullido por una ballena en cuyo vientre permaneció tres días y tres noches hasta que el cetáceo lo expulsó, quizá por su negativa a pagar el alquiler. El profeta era tacaño. Puigdemont prefiere una vía más actual para que la ballena del exilio lo expulse frente a las costas de Lloret del Mar o incluso en la playa de la Barceloneta. Cuentan las lenguas de vecindona de la Generalitat que su intención es regresar a España no a través del espejo, como Alicia, sino merced al programa «Maks Singer» y, si es posible elegir, con el disfraz de dragón y cantando el «Yo soy aquel» de Raphael: «Yo soy aquel que por tenerte da la vida/ yo soy aquel que estando lejos no te olvida…». Una tregua en los odios, porfa, que Ayuso está enamorada.