La crónica de Amilibia

Espía de patio escolar, profesión con mucho futuro

En Cataluña existen espías para vigilar y denunciar a profesores y alumnos que hablen español. Como los hay de aulas y de patios

José María Aznar
José María AznarRuben mondelo

Cuando José María Aznar decía que hablaba catalán en la intimidad no era por temor a que los espías detectaran su pésimo acento. Aún no existían. Ahora, en Cataluña existen espías para vigilar y denunciar a profesores y alumnos que hablen español. Como los hay de aulas y de patios, dos especialidades, y como también los habrá pronto en Baleares, Valencia, País Vasco, Galicia y quizá en Asturias (si no hablas bable, castigado sin fabes), bien se puede aventurar que estamos ante una profesión con mucho futuro que sin duda contribuirá a mitigar el paro en esas comunidades. Además, quizá para estimular vocaciones, en una sede del PSC en Cataluña apareció la pintada “Si nos tocáis la lengua, os tocaremos la cara. ¡Pum!”. Pero, chicos, si los del PSC son amiguetes y compañeros de toda la vida…

En fin, que no quieren que les toquen la lengua de ninguna manera, y me imagino que ya solicitan y esperan una norma que prohíba el beso con lengua, el cunnilingus, las lenguas viperinas de la prensa españolista, darle a la lengua, ir con la lengua fuera, las mamadas, las mamonadas, morderse la lengua, tirar de la lengua, las lenguas muertas, sacar la lengua, los lametones humanos y perrunos, las lenguas de gato de chocolate y, por supuesto, la lengua frita con patatas, la lengua estofada con setas o la lengua en salsa de tomate casero. Incluso es posible que propongan el confinamiento hasta que se demuestre empíricamente que el ómicron constitucionalista no afecta directamente al habla de Aragonès y Laura Borràs. Son insaciables: después de tanto tiempo tocándonos las narices, ahora quieren tocarnos la cara. Nos la tocarán con guantes de látex, me imagino.