Entrevistas
Pitingo: “Sufrí racismo de payos y gitanos”
Es uno de los artistas españoles con más proyección internacional, aunque asegura que su mayor éxito es su familia
Pitingo lleva años de carrera profesional demostrando que el trabajo constante es el mejor pasaporte para el éxito. Nació en Ayamonte y siempre que puede vuelve para revivir esa infancia y esos veranos eternos que pasaba en la calle. Se crió en Madrid en una familia trabajadora donde no había lujos, y las carencias se superaban con cariño y alegría. Dos mundos diferentes, el payo y el gitano, de los que sacó lo mejor de cada uno. Desde pequeño decía que quería ser artista y consiguió su sueño. Pitingo, que en realidad se llama Antonio Manuel Álvarez, no presume de su currículum. Ha cantado con los grandes y ha tenido experiencias laborales con Eric Clapton, Roger Waters, de Pink Floyd; Marc Anthony, Estrella Morente o los Carmona, entre otros muchos artistas de España e internacionales.
Entre sus seguidores tiene al expresidente estadounidense Barack Obama, a Felipe González o a Mariano Rajoy. Canta para quien le quiera escuchar, y una de las cosas que no le gustan es la manía que hay de colocar etiquetas dependiendo de donde actúes. Junto con su mujer y su hijo se instaló en la República Dominicana. La razón de este cambio tuvo que ver con poder conciliar su vida familiar y profesional. Sus largas giras por Estados Unidos y Latinoamérica le mantenían demasiado tiempo fuera de casa, y esta opción fue la mejor para él y su familia. Fue el creador de la «soulería», una mezcla donde hay notas africanas, soul y flamenco que entusiasma a quien lo escucha por primera vez.
Se ha instalado en República Dominicana. ¿Echa de menos España?
Sí, claro, pero estoy con mi mujer, Verónica, y mi hijo, que es lo mejor que tengo. Lo que no quería era perderme la infancia de mi Manuel y las giras por Estados Unidos y Latinoamérica se iban haciendo cada vez más largas. Cada vez que tenía que viajar, mi niño se me agarraba y me decía: «Papá no te vayas». Era la mejor opción para no estar separado tanto tiempo de mi familia, y vivir en Punta Cana es como estar en un paraíso. De todas formas, viajamos a España en cuanto hay tiempo libre.
¿Cómo le reciben en esos países del extranjero?
Tengo una acogida por parte de la gente muy bonita. Antes de Navidad hice una gira por México que resultó ser espectacular. Hay mucho amor por el arte y una cultura musical impresionante.
Inventó la «soulería». ¿Qué es en realidad?
Prefiero decir que lo que hice fue unir diferentes ritmos como son el soul, el góspel y el flamenco. La primera vez que escuché una cassette de Aretha Franklin, que tenía mi abuela en su casa, me emocioné. Creo que ese fue el punto de inflexión, y eso que era muy pequeño. «Soulería» es cantar soul, pero a ritmo de bulería.
En el mundo flamenco más conservador hay veces que no se entienden esas aportaciones o fusiones...
Es cuestión de no ir arrasando y cualquier aportación artística es válida. Aprendí flamenco en casa. Mi familia por parte de madre viene de varias sagas, como son los Valencia y los Carpio. En Ayamonte, donde nací, solo se escuchaba copla y flamenco, y con el tiempo fueron apareciendo artistas que mezclaban lo antiguo con lo nuevo. Y así debe ser. Lo importante es investigar.
Nació en Ayamonte. ¿Qué queda de ese niño que soñaba con ser artista?
Son mis orígenes, aunque crecí en Madrid, que también forma una parte principal de mi vida. Sigo teniendo esa ilusión que hace que la vida sea más bonita. Cuando estoy fuera, echo de menos España y Huelva, claro. Siempre que puedo, vuelvo en verano para estar con mi gente.
Su madre es gitana y su padre payo. Uno de sus espectáculos lo bautizó con el nombre de «Mestizo y fronterizo». ¿Era una manera de representar ese equilibrio familiar?
Puede ser. Nací en Ayamonte, que linda con la frontera de Portugal y soy mestizo de dos culturas. Creo que lo importante es la tolerancia, la multiculturalidad, algo fundamental para vivir en libertad. Yo, por desgracia, he recibido racismo de payos y de gitanos. Me considero una persona del mundo, y que cada cual lo entienda como quiera.
¿Triunfar en Estados Unidos es su sueño cumplido?
El sueño que es realidad es tener a mi mujer Verónica, que nos conocimos cuando yo tenía 16 años y ella 15, y nuestro hijo Manuel. Doy gracias a Dios todo los días de mi vida. Soy muy afortunado
¿Imaginaba cantar con Eric Clapton, Alicia Keys o Marc Anthony cuando empezaba?
Imaginar no cuesta. No lo hacía con estos nombres, pero sí con otros grandes como Pepe Habichuela, los Carmona, Rosario Flores o Carmen Linares, que son muchos de mis ídolos. La vida es larga, y yo lo que quiero es ser feliz y vivir en paz, compartiendo lo que tengo y mi tiempo con la gente que quiero, mi familia y mis amigos.
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