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Alberto Isla quiere sentar en el banquillo al clan Pantoja

Alberto Isla quiere sentar en el banquillo al clan Pantoja
Alberto Isla quiere sentar en el banquillo al clan Pantojalarazon

Chabelita pronto saldrá de cuentas. A este paso, tras los ataques recibidos, Alberto Isla no tiene visos de pisar Cantora ni de reconciliarse con el clan Pantoja. ¿Qué pasará el día del alumbramiento? ¿Coincidirán las consuegras en la sala de espera? ¿Intentará Isabel Pantoja entrar al parto? ¿Renunciará Alberto Isla a asistir al nacimiento de su segundo hijo? Las preguntas se acumulan, aunque lo que parece estar muy claro es que el niño puede que tarde tiempo en dormir bajo el mismo techo que su abuela materna. Nunca en tan poco tiempo se ha hecho tanto por romper una relación. Cuentan en Sanlúcar de Barrameda que todo lo dicho y hecho por Kiko Rivera va a acabar transcrito en una demanda millonaria por atentar contra el honor de Alberto Isla. Y, al menos de momento, parece que Chabelita le apoya. Quién le iba a decir a Isabel Pantoja, con todo lo que ha pasado, que en esta suerte de partida de ajedrez que es la vida sería su hija la que conseguiría poner en jaque a la reina de la copla. Con la llegada de su mayoría de edad y un embarazo en su recta final, ha dicho «basta». La niña que adoptó en Perú de Fujimori cuando su amistad con María del Monte bullía como caldo de Semana Santa ha salido corriendo de Cantora y del control de mamá Pantoja. Ni siquiera el retorno de Dulce, la eterna niñera que ha criado a Paquirrín y Chabelita, ha podido devolver las aguas a su cauce. «Isabel II», como la bautizaron en «Sálvame», está demostrando más arrestos que ninguno dentro del clan. Está plantando cara a su madre por autorizar y bendecir la encerrona que su hermanastro DJ-Kiko organizó hace semanas a Alberto Isla con la colaboración de una antigua novia.

Chabelita no perdona la persecución mediática a la que está siendo sometida su relación con el «ni-ni» Alberto Isla: una rusa con la que se veía y mensajeaba a escondidas nunca existió, su hermano le tiende trampas con el beneplácito de su madre, le pisan las exclusivas para ahogar la posible independencia económica de la pareja... Paquirrín los ataca despiadadamente desde las redes sociales y los platós de televisión con frases antológicas. Son dieciocho años recién cumplidos, pero Isabel, la hija de «la Pantoja», está demostrando una gran madurez, entereza y aguante ante los peores ataques: los de su propia familia. Por eso tímidamente ha sugerido a una amiga –eso sí, fuera de las redes sociales– cuál es su estado anímico ante tanta afrenta. «Me entristece que mi familia hable así de mí», comenta antes de llegar a una conclusión que en los medios de comunicación era un secreto a voces: «Siento que me excluyen porque no llevo su sangre». El culebrón esta servido. Además, la tonadillera tiene otros frentes abiertos. Con su hermano Bernardo la cuerda se tensa muy a menudo por sus malos hábitos y escasa disposición para trabajar. Y luego está el dolor que le produce que su primer nieto hace meses que ya ha escapado de su control. Aunque algunos maten por entrar en Cantora, Jessica Bueno prefirió hacer las maletas y escapar del férreo control de Isabel, Tito Agustín y doña Ana. Parece claro que para sobrevivir allí dentro hay que ser discreto, acatar la disciplina del clan y no moverse en la foto.

La mala suerte de la tonadillera

Folclóricas, músicos y alguno de sus amigos llevan años insinuando que la tonadillera es «gafe» y la persigue la mala suerte, por eso muchos sólo la mencionan con sus iniciales: I.P. Una íntima amiga recuerda los accidentes sufridos en la casa de Marbella, propiedad hoy de Antonio Banderas: «En una fiesta casi se ahoga un invitado en la piscina y en otra el servicio de urgencias tuvo que poner puntos a uno de los asistentes».