Sevilla
Alfonso Díez, sin entrevista en Tailandia
El tercer duque de Alba se fue a Tailandia con un objetivo muy concreto: entrevistarse con los reyes de ese país. Es un cinéfilo y se pasma ante películas como «Ana y el rey de Siam», o la más actual «El rey y yo», y ante el trabajo de los actores Yul Brynner y Deborah Kerr.
El Hotel Mandarín fue el escogido para un viaje que pretendía, únicamente, una entrevista con los reyes, aunque el monarca thai ya no concede audiencias públicas. Está delicado de salud desde hace años y de nada sirvieron las peticiones diplómaticas que hizo nuestra embajada, en la que el segundo hijo de Carmen Rigalt, Antonio Casado, ocupa un puesto sobresaliente y eficaz. El chico lleva allí cuatro años y sigue feliz, encantado con una ciudad que entremezcla el vicio más excitante del barrio chino de Bangkok, Patpong, con las sedas que el Capitán Clark ofrece en su tienda, donde los sastres cosen en pocas horas un traje a medida, algo que sólo pueden superar en Shangái, como tan bien sabe mi compañero Josep Sandoval que volvió de allí con cinco trajes perfectos.
Cada mañana, durante el desayuno, Alfonso pedía de nuevo una cita con el rey, mientras su esposa se encogía de hombros y casi lo exasperaba diciéndole «¡qué más da!». Cayetana está curada de espanto y de protocolo, por muy exóticos que resulten en un país con tanto atractivo turístico, cuyo budismo es superado por las tentaciones de la carne y una gastronomía que funde lo mejor de Birmania, de Vietnam, de Japón y de China. Es un auténtico mestizaje que debe probarse en una ciudad como Bangkok, tan fiel a su arquitectura y a sus costumbres, aunque los duques sólo la vieron con prisas, ya que la Duquesa, a sus admirables 87 años, todavía es una trotadora infatigable, y así lo reconoció en la cena que Carrera y Carrera organizó para entregar el premio a la Maja de los Goya, este año recibido por Maribel Verdú. La actriz de «Blancanieves» fue eclipsada por Mar Flores, que iba vestida con un diseño de Alvarno en color negro con la espalda descubierta. También acudió una rotunda Vicky Martín Berrocal con un vestido de tachuelas, igual que Carmen Lomana, quien el día 24 empieza a concursar en «Splash!», un programa que pone a los artistas a remojo y donde Falete volverá a liarla hoy. Lomana competirá con Álvaro Muñoz Escassi y sus músculos a prueba de balas.
Para la entrega de la Maja se escogió el Palacio de Fernán Núñez, que lució gracias al trabajo del decorador Lorenzo Castillo, que no entendía, tal y como comentó, «por qué la luz es roja cuando nos hace horribles y deforma la monumentalidad». Lo dijo ante Pascua Ortega y Cecilia Gómez, ambos encerrados en el baño para poder fumar mientras Vicky imitaba a Isabel Pantoja y lograba superar a la folklórica original.
✕
Accede a tu cuenta para comentar