Subasta
La familia Borbón-Dos Sicilias gana más de siete millones de euros por las pulseras de María Antonieta
Las joyas, unas de las más icónicas de la monarca, se han subastado esta semana en Ginebra
Subasta histórica en Ginebra. El pasado martes, Christie’s puso a la venta dos brazaletes de 112 diamantes que pertenecieron a la Reina María Antonieta, y que son unas de las piezas más icónicas de la monarca francesa. Aunque las piezas estaban valoradas entre dos y cuatro millones de euros, su precio final fue de más de siete millones, una cantidad que ha ido a parar a las arcas de la familia Borbón-Dos Sicilias.
Estas joyas fueron encargadas por la reina al joyero real Charles Boehmer hacia 1776 y las puso a salvo de la Revolución Francesa en el extranjero. Su hija, Madame Royale, las heredó.
María Antonieta siempre se sintió atraída por lo exclusivo y era la que dictaba los cánones de la moda en la corte de Luis XVI. Las joyas fueron una de sus pasiones y uno de esos lujos indignó al pueblo francés y acabaron llevándola a la guillotina en 1793: en 1785 estalló el “caso del collar”, cuando los joyeros reales Charles Boehmer y Marc Bassenge reclamaron a la reina 1,5 millones de libras por un collar con más de 600 diamantes que ella negaba haber encargado. Y aunque se demostró que María Antonieta no tenía nada que ver en el asunto, una estafa urdida por la condesa de La Motte hizo que la opinión pública la sentenciara. Alejandro Dumas narró lo ocurrido en“El collar de la reina” (1849) y la imponente pieza de joyería es uno de los ejes de la serie “Lupin”, de Netflix.
Según María García Yelo, delegada de Christie´s en España: “María Antonieta tiene una historia fascinante, llena de mitos, romanticismo y drama, y esos elementos determinan que los objetos que le pertenecieron tengan una carga específica que los haga más deseables”. Las dos pulseras subastadas esta semana están cargadas de anécdotas puesto que formaron parte de la colección particular de joyas que María Antonieta puso a salvo cuando iba a morir. “Está bien documentado que la reina envolvió cuidadosamente sus joyas en algodón para enviarlas fuera de la Francia revolucionaria y preservarlas. Muchas de ellas no salieron a la luz hasta siglos después. Esta pareja de brazaletes de diamantes maravillosamente bellos fue conservada por sus descendientes durante 200 años”, explicó en un comunicado François Curiel, presidente de Christie’s Europa.
Esas dos pulseras de diamantes de talla antigua engastados en oro blanco y dorado encargadas por la reina hacia 1776 y readaptadas en el siglo XIX fueron un empeño personal de la consorte de Luis XVI.
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