Crónica
Omar Montes o el profeta de los alienígenas
Según él mismo y otros de su entorno, es un tipo con poderes sobrenaturales. No me extraña. La primera palabra que dijo cuando era bebé no fue papá, mamá, ajo o tata. Tampoco empoderamiento, quizá porque entonces no existían cursos de feminismo para bebés. El bebé Omar Montes dijo «cangrejo». No aclaró si de río o de mar, pero desde el principio tuvo la visión del éxito futuro que le permitiría degustar nécoras en abundancia. Triunfó en «Supervivientes» y también vio venir la pandemia: «Tuve una revelación sobre una gripe muy fuerte que nos iba a infectar a todos», cuenta. O sea, que vio mucho más que Simón y las manifestantes del 8-M. La revelación fue tan fuerte que grabó un vídeo allí mismo, en la calle, anunciando la llegada del virus y la única vacuna posible: sus besos. Una pena que no lo dijera con una versión rapera de «Bésame mucho», porque ya hubiera sido la releche. ¿Se imaginan? En lugar de las colas para la vacunación con la Pfizer o la Moderna, masas ante el Zendal y el Wanda para besar a Omar Montes. Qué desparrame. Ahora va más lejos, y profetiza que en un par de años vamos a establecer contacto con seres de otros planetas, «pero un contacto fuerte—aclara—de hablar con ellos en plan “dónde vivís, qué coméis, qué música os gusta”». Jeff Bezos le ha llamado para que forme parte de la tripulación de su próximo vuelo espacial. Intuye que si «Alocao» suena en el espacio, puede provocar un encuentro en la tercera fase. O dos. La NASA te espera, Omar.
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