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Toma ya: Pablo Motos se sube al púlpito y clama contra los quejicas

No es aún el fraile Savoranola predicando contra los pecados de la sociedad y los Medici, pero empieza a soltarse el pelo.

Pablo Motos, 'El hormiguero'
Pablo Motos, 'El hormiguero'Carlos Lopez AlvarezAtresmedia

La otra noche Motos se subió al púlpito de «El Hormiguero» y, tras anunciar que iba a pasarse de la raya, clamó: «No puedo más con lo políticamente correcto. Antes me indignaba, ahora me aburre. Me aburro de los quejicas, de los que sin tener ni idea se ponen a dar lecciones desde el ordenador. Creo que ha llegado el momento de hacer catarsis». Dura cruzada te espera, Pablo. Para los antiguos griegos, la catarsis era la purificación de las pasiones o sentimientos por la contemplación del arte. Catarsis era lo que causaba en el espectador la puesta en escena de una tragedia. En fisiología, es la expulsión de sustancias nocivas para el organismo. Esto lo sabe bien el Gobierno, y es obvio que lo lleva a la práctica: en su infinito deseo de purificarnos, representa cada día en la pista central del circo tragedia tras tragedia con sus coros griegos insuflándonos ánimos. Que la esperanza supere a los llantos. Es por nuestro bien, queridos niños. Alberto Garzónnos aconseja comer muchas verduras para que alcancemos la catarsis a través del cuesco y, de paso, eliminar el pedorreo contaminante de las vacas, que no sé yo por qué no les ponen «Aero-Red» en el pienso. También se emplea catarsis como «eliminación de recuerdos perturbadores». Ahí no hay problema: esta sociedad infantilizada tiene memoria de pez, y en esa debilidad basan los mandamases su supervivencia. Hagas lo que hagas, mañana no lo recordará nadie, dicen. Olvidar es mejor que perdonar. Pablo siguió clamando, revelador y conciso: «La vida es salvaje, es injusta, es cruel y no es neutral. Esto es lo que hay. Y tenemos que tener libertad de hablar en público sin editar mentalmente lo que vayamos a decir para que no te den una paliza mediática. Pensar es peligroso, podrías cambiar de opinión».

Y remató Motos mirando a cámara: «¿Cómo se te tiene que hablar a ti para que no te enfades?». Como dice Oscar Wilde: «Si quieres contar la verdad a la gente, hazles reír; de otro modo te matarán». También se puede como la portavoz Isabel Rodríguez, pero te crecerá la nariz.