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La crónica de Mariñas

Urdangarin: el fin de una historia que parecía inacabable

Iñaki Urdangarin llegando al despacho en el que trabaja, a 21 de enero de 2022, en Vitoria (España). IÑAKI URDANGARIN;RUPTURA;INFANTA CRISTINA;DESPACHO;21 ENERO 2022 Europa Press 21/01/2022
Iñaki Urdangarin llegando al despacho en el que trabaja, a 21 de enero de 2022, en Vitoria (España). IÑAKI URDANGARIN;RUPTURA;INFANTA CRISTINA;DESPACHO;21 ENERO 2022 Europa Press 21/01/2022Europa PressEuropa Press

Sorpresa, sorpresa. Nadie esperaba semejante sorpresa como esta realmente alucinante de ver a Iñaki con otra mujer. Mientras Cristina vive en Suiza, él retoza a sus anchas, tranquilo, relajado y parece que sin límites. Ya muchos recurren a los más de veinte admirados años de aparente tranquilidad conyugal, parece que nada que ver con el trasfondo y malestar que realmente existía. No deja incluso de causar malestar y parece un toque de atención, señal de alarma y aviso para navegantes.

Nunca hay que fiarse de la pareja, a la vista está ante esas reveladoras y al tiempo oportunas fotos obtenidas en la que parece una de sus muchas visitas y reencuentros. Los más tradicionales recurren a la innegable evidencia del buen comportamiento de ella durante tan largo tiempo. Pero se acabó y tal se desprende al verlo cariñoso y casi diríamos que romántico en su tan conocido, visitado y querido País Vasco francés. Otro cliché que se nos rompe causando conmoción, tristeza y lamentos. No es para menos porque lo suyo parecía inacabable. No ha sido así demostrando lo débil que es todo. Que pena y lástima. Veremos cuánto le dura a este inesperado rompecorazones. No debe apostarse por el «para toda la vida» porque salta a la vista que no hay nada mas frágil que una relación amorosa por fuerte y consistente que parezca. La mejor evidencia es Iñaki Urdangarin cogido a otra de la mano.

Como ocurre con Nacho Palau, ex de Miguel Bosé y su más que rota, yo diría que destrozada, unión de veintitantos años. «Cuando nacieron los niños se le agrió el carácter convirtiéndose en otra persona». Sin duda resentido aunque en su derecho, añade que «he firmado sin asesoramiento lo que Miguel me ponía delante, asegura tirando a matar. Otro motivo para revisar, repasar o casi lamentar esos largos años compartidos que hasta ahora no molestaban a ninguno. «Nuestra relación acabó como una historia de terror», remata... No son los primeros ni serán los últimos. Desgraciadamente, ay.