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Isabel Preysler cumple 71 años alejada del “trono rosa”

La socialité, que durante años protagonizó portadas del corazón, disfruta de una etapa más relajada al lado de su pareja

Isabel Preysler sale del Auditorio Nacional donde ha asistido al concierto extraordinario a Beneficio de las Becas anuales de ampliación de estudios en el extranjero de Juventudes Musicales de Madrid, a 7 de febrero de 2022, en Madrid (España)
Isabel Preysler sale del Auditorio Nacional donde ha asistido al concierto extraordinario a Beneficio de las Becas anuales de ampliación de estudios en el extranjero de Juventudes Musicales de Madrid, a 7 de febrero de 2022, en Madrid (España)Ángel Díaz BriñasEuropa Press

Cumple 71 años y ya ha dejado de ser la apuesta fija en fiestas y promociones publicitarias. La última vez que posó fue estas Navidades con Tamara en la casa de Miami de Chabely, donde parte de la saga se reunió esas fechas. La marquesa de Griñón publicó en su instagram la foto con «mami» (así se refiere siempre a la matriarca) junto al árbol tradicional de las fechas como elemento decorativo. Después, lo único que se ha sabido de la que fue reina de corazones ha sido acudir al Teatro Real y una salida nocturna a su restaurante preferido. Esa noche compartió la cena con Vargas Llosa, Barbara Pan de Soraluce creadora de la firma «los platos de pan», su marido Juan Arena, Susana Griso y otros amigos. No hubo posado a diferencia de cómo era su actitud hace tiempo. Su hijo Julio José aseguraba a quien esto escribe cuando vino a Madrid para promocionar una bebida que la muerte de Beatriz Arrastia les había afectado, pero, sobre todo, y como es natural, a su madre: «Mi abuela era una persona especial, cariñosa. Mi madre está triste. Lo bueno es que los hijos de Ana la entretienen mucho, y como ahora Mario y ella viajan menos, tiene más tiempo para estar con los nietos».

Cuando Verdasco viaja a Madrid por motivos profesionales, se quedan en la mansión de Puerta de Hierro donde están cuidados. Oficialmente, Ana Boyer y Fernando tienen la residencia fiscal en Dubái, donde viven con sus dos hijos y el servicio, que también viaja con ellos. Tienen que pasar ciento ochenta y cuatro días fuera de España para no tener problemas con Hacienda. De ahí que no tengan interés ni en comprar casa en Madrid ni en alquilar. Villa Preysler es el mejor lugar para todos los hijos de Isabel y la matriarca de la tribu es feliz. Además, todos sus hijos se llevan muy bien con el escritor.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa salen del Auditorio Nacional
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa salen del Auditorio NacionalÁngel Díaz BriñasEuropa Press

Diferente es la relación con Morgana y Gonzalo Vargas Llosa, con los que mantienen un trato educado pero que no frecuentan el domicilio de su padre en Puerta de Hierro. Ya ha pasado siete años desde la separación complicada del Nobel y su mujer, pero esos tiempos difíciles pasaron. Lo que no hay es «Tuyos, míos y nuestros», como en la película de Lucille Ball y Henry Fonda. Para el escritor, sus nietos son muy importantes y cada vez que viajan a Madrid hacen planes y excursiones. Preysler, con el sexto sentido que siempre la ha caracterizado, prefiere no mezclar afectos.

Relevo generacional

La verdad es que la vida de Isabel ya no es lo que era durante estos últimos años, que nunca se salía del guión de sus presentaciones publicitarias. Quizá lo único inesperado en la vida estable de la que fuera la reina de Porcelanosa haya sido sido su aparición en el programa de Antena 3 «Mask Singer», disfrazada de gata y cantando en playback «Waterloo», de ABBA. A punto de cumplir 71 años, sus salidas son lúdicas y siempre como pareja de Vargas Llosa. El escritor va más por libre en todo lo que se refiere a su agenda laboral. Forman una pareja estable y por ahora sin necesidad de rubricar legalmente su relación. Isabel ya lo ha dejado claro en varias ocasiones cuando la Prensa le pregunta si le gustaría unirse al autor: «Siempre he estado casada y ahora la etapa de novia me gusta». Puede ser que un día de estos nos den la sorpresa y anuncien que su estado civil es otro. Por ahora, lo que sí cambió es la vida pública y laboral de Preysler. Ha dejado el sitio a sus hijas Tamara y Ana. La marquesa de Griñón es ahora la imagen de Porcelanosa. También la ha sustituido en la firma Pedro del Hierro. Ahora es habitual que Tamara aparezca, pose y promocione los estilismos con el nombre del modisto que falleció en 2015. Ana Boyer, por su parte, se ha convertido en imagen de Rabat sustituyendo a su madre, que durante años acudía a todas las inauguraciones de la casa de joyería catalana y utilizaba las piezas más singulares más sus reportajes en “Hola”. Las nuevas generaciones representadas por las dos hijas menores de la saga Preysler son ahora sus sucesoras. Isabel Preysler ya ha cerrado esta etapa.