Aniversario
Centenario de José Luis López Vázquez: sus últimas locuras de amor centenario
El actor hubiera cumplido el próximo día 11 cien años. Estas fueron las mujeres que le marcaron
El próximo día 11 de este mes de marzo se cumplirán 100 años del nacimiento deJosé Luis López Vázquez, fallecido el dos de noviembre del 2009, víctima de una dolorosa y larga enfermedad. En febrero de ese mismo año tuve ocasión de entrevistarle en la que supuso la última charla del actor con un periodista. Hablaba con dificultad porque sufría graves problemas respiratorios, pero hubo una frase que me llamó mucho la atención. Al preguntarle por las mujeres que habían marcado su vida me confesó que «a lo largo de mi vida todas mis parejas me abandonaron. He tenido muy mala suerte en el amor».
Era una mentira a medias, porque su hija Virginia llegó a confesar que «mi padre nos dejó para irse con otra mujer». La madre de Virginia era Katty Magerus, una francesa con la que el intérprete estuvo ligado durante dieciocho años, una relación de la que nacieron dos hijos, la ya citada Virginia y su hermano José Luis.
Aquel abandono condujo a López Vázquez a los brazos de la periodista Flor Aguilar, treinta años más joven que él, a la que conoció cuando esta última fue a entrevistarle para el desaparecido diario «Ya». Se casaron y tuvieron dos hijas mellizas, Cayetana y Camino.
La periodista y el actor acabaron rompiendo de una manera tumultuosa, y hasta dejaron de hablarse. Un escándalo a mediados de los ochenta. Carnaza pura y dura para la Prensa del corazón de entonces. Hoy, Flor, no quiere ni acordarse del padre de sus hijas: «Mejor ni le nombro, porque trae mal fario. Hace muchos años que borré de mi vida a ese hombre, ahora estoy muy bien con mis hijas, tengo dos nietos y solamente quiero tranquilidad. Prefiero no acordarme de aquel matrimonio, es como si no hubiera existido».
El primer enlace del actor fue con la actriz Ana María Ventura, y también se finiquitó de una manera tan brusca que ella acabó denunciándole por adulterio. Porque a principios de los sesenta no existía el divorcio, y la legislación franquista determinaba que un hombre casado que mantenía una relación con otra mujer era un adúltero. Por esa regla de tres, cada vez que se le adjudicaba a José Luis una relación sentimental, cometía un delito.
Otro de sus grandes amores fue la directora teatral y actriz Cari Antón, con la que convivió once años. Una relación posterior a la de Flor. Cari no tiene malos recuerdos de quien fuera su pareja, y nos asegura que «era un hombre muy especial, para mí un genio, y me acuerdo de José Luis con muchísimo cariño. Vivimos juntos una etapa muy bonita de mi vida. Eso que dicen de que era muy tacaño… conmigo no lo fue. También me llevaba muy bien con sus hijas, aunque tras romper con él no hemos mantenido contacto. Pero tampoco José Luis las veía mucho, apenas un día a la semana».
No se casaron porque «yo quería seguir trabajando y él me pedía que dejara mi profesión, y eso nos llevaba a discusiones, y al final rompimos». Para Cari, «ahora que se cumple el centenario de su nacimiento, debería organizarse un homenaje póstumo, porque estamos hablando de uno de los mejores actores del cine español de todos los tiempos».
Compañías no recomendables
La última pareja del protagonista de este reportaje fue una dama del teatro, Carmen de la Maza, quien falleció el pasado 14 de enero. Cinco años juntos, hasta la muerte de López Vázquez, que me dijo en una ocasión que «por fin he encontrado a la mujer de mi vida». Pero la etapa más oscura del artista nos conduce a su testamento. La misma Flor Aguilar recuerda que «tan solo dejó a sus tres hijos, porque Virginia murió mucho antes que su padre, el piso en el que vivía en Madrid. Del resto de sus propiedades nada más se supo. Un misterio sin resolver porque fue dueño de distintos inmuebles y propiedades».
Una persona cercana al personaje, que prefiere mantenerse en el anonimato, especula con que «José Luis dilapidó buena parte de su patrimonio por culpa de algunas amantes que le sacaron todo lo que pudieron. A una creo que le regaló un apartamento. Se juntaba con mujeres poco recomendables. Menos mal que apareció en su vida Carmen de la Maza, una señora reposada, pero ya era tarde para recuperar todo lo perdido. Y estamos hablando de un chalet en la costa, varios pisos y otros bienes».
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