Vida

El triste final de Isabel Pisano, la que fuera amante de Arafat

Icono, seductora y valiente: la periodista uruguaya sobrevive al olvido en silencio, vestida de gloria y con la memoria rota

Isabel Pisano
Isabel PisanoGtres

Fue una de las primeras mujeres reporteras de guerra, entrevistó a los personajes más importantes, estuvo casada con el compositor Waldo de los Ríos y conquistó los cariños de Yasir Arafat. Pero hoy, Isabel Pisano ve pasar los días ingresada en una residencia geriátrica de la localidad madrileña de Majadahonda, aquejada por una dura enfermedad cognitiva que le nubla la memoria y le impide recordar una vida intensa y plagada de éxitos profesionales.

A sus 81 años de edad, tan solo tres personas tienen permiso para visitarla: tres amigos, pero dos de ellos resides en Uruguay, lugar de nacimiento de la protagonista de esta historia, y otro en Roma. Una fuente del centro donde está internada, revela que «la paciente ve imágenes con las que se emociona y apasiona, pero es incapaz de expresarse y decir quiénes son los que aparecen en las imágenes. Solamente se la escucha decir palabras como “importante, amor, cariño”… se toca con la mano el corazón y se le llenan los ojos de lágrimas. Ha perdido la capacidad de hablar, de hilar frases, y se le ha olvidado escribir. No sufre Alzheimer, sino un deterioro cognitivo avanzado».

El familiar de otro de los internos asegura que «esa señora tiene muy buen aspecto, se ve que se cuida bastante. En la residencia hay servicios de belleza y peluquería. Se la ve muy cuidada, tanto de peluquería, como de uñas y vestuario. La trata un logopeda y un psicólogo, un fisioterapeuta, los médicos y enfermeras. Cuenta con todo tipo de servicios. Y las dos gobernantas son estupendas, dos personas muy sensibles y que tratan a todos los internos con un gran cariño».

Ante su deterioro mental su tutor legal es el AMAPAD, un ente público dependiente de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Natalidad e Igualdad de la Comunidad de Madrid. Se ocupan de personas que no pueden valerse por sí solas.

Isabel Pisano
Isabel PisanoL SevillanoLa Razón

Desde el entorno de la cronista uruguaya aclaran que «el AMAPAD se quedó con el piso de Isabel, situado en la calle Miguel Ángel de Madrid. Estaba valorado en más de un millón de euros y se hace cargo de todos los gastos de la residencia, que son muy elevados, porque es un centro de lujo muy exclusivo, que tiene todas las comodidades y acoge a muy poca gente. En su habitación conserva parte de los recuerdos más significativos de su vida, fotografías, sobre todo, de su matrimonio con Waldo, y de sus viajes. No hay con Arafat…».

En un cajón se guardan las memorias inacabadas de Pisano, las estaba escribiendo con su íntimo amigo Mario, y no pudo terminarlas. Los recuerdos se habían ido perdiendo y fue incapaz de rememorar muchas etapas de su vida. La periodista expresó, cuando aún no estaba enferma, que solamente se publicaría su biografía si ella lo autorizaba, y, desgraciadamente, nunca firmó esa autorización.

Isabel solamente tiene un hermano, que reside en Uruguay y con una edad cercana a los 90. Su frágil estado de salud le impide viajar a Madrid por lo que hace años que no se ven. Su hermana le ayudaba económicamente y ahora no posee una economía boyante. En realidad, Pisano no guardaba muchos ahorros. Vivía bien, pero al día. Fuentes cercanas aseguran que «probablemente, los derechos de autor que le dejó Waldo de los Ríos se los quede la Comunidad de Madrid. Eso es lo que pensamos los amigos de Isabel».

Como reportera bélica cubrió los conflictos de el Líbano, Palestina, Bosnia, Irak, Somalia o el Chad. Escribió además libros como «Yo, puta», «A solas con Arafat» y «Trilogía de perverso».