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El resurgir de Ana Obregón tras un largo duelo

El próximo 13 mayo se cumplirán dos años de la muerte de su hijo, Aless Lequio, tras una larga lucha contra el cáncer

Ana Obregón
Ana ObregónDaniel GonzalezGTRES

El recuerdo sigue vivo, nadie es capaz de superar la muerte de un hijo, pero la palabra esperanza es la bandera que enarbola Ana Obregón para empezar a abrirse a la vida, dos años después del fallecimiento de Aless, un ejemplo de fortaleza, truncada por el cáncer que se lo llevó de este mundo el 13 de mayo del 2020.

Gracias a Dios, comienza a recuperar ilusiones, la más importante sacar adelante la Fundación Aless Lecquio, será Jurado en la próxima edición de «Mask Singer» y formará parte del reparto de una serie autobiográfica. Y está completamente decidida a dedicar buena parte de su tiempo a ayudará aquellos que sufren la misma enfermedad que le arrebató a su hijo. «Aless me enseñó a querer y cómo querer», confiesa una madre que hasta hace muy poco era incapaz de mirar las fotos de Aless. Se le parte el corazón cuando recuerda aquel «mamá, ¿me voy a morir?», que reflejaba el miedo del veinteañero al enterarse de que padecía un tipo de cáncer muy extraño que se conoce como sarcoma de Ewing, un tumor que se forma en los huesos y los tejidos blandos. Aquella frase llena de incertidumbre y dolor le destrozó el alma a la popular presentadora.

Ana Obregón y Aless Lequio
Ana Obregón y Aless LequioInstagram

Recupera la ilusión

Una de sus amigas de siempre, María, nos cuenta, compungida, que «hasta hace poco, Ana parecía una muerta en vida, no tenía ganas de nada, apenas salía de casa y no paraba de llorar, y más desde que murió su madre. En menos de dos años, ha perdido a dos de las personas a las que más quiere, así, en presente, porque las personas desaparecen pero el cariño sigue estando muy vivo».

Susana Uribarri, amiga íntima y representante de Obregón, cree que «Aless y su abuela ayudan desde el más allá a Ana. Ella lo entiende así y recupera poco a poco la ilusión por hacer cosas. Hace unas semanas viajamos juntas a Roma y la vi muy emocionada, porque aquella visita es la que Ana le había prometido a Aless que harían juntos cuando se pusiera bien. Quiero a mi amiga con todo mi corazón, su sufrimiento es el mío, y compartimos alegrías, verla resurgir es maravilloso».

Pero la presentadora y actriz no borra el duelo de su cabeza. Su familia, sus amigos y el trabajo están logrando, afortunadamente, que la depresión de antaño y el dolor continuo se atenúen. El más cercano, Raúl Castillo, Ra, es partidario de que «aparezca en la vida de Ana un nuevo amor, un hombre que la quiera y la ilusione de nuevo. Porque, en el fondo, se siente muy sola. Pero me confiesa que no está preparada para enamorarse…».

Ra vuelve «a ver ese brillo en la mirada de Ana que se había perdido. Empiezo a encontrar en ella a la mujer alegre, divertida, fuerte, enérgica y vital. Si la veo feliz yo soy feliz. Hemos llorado juntos muchas veces, estamos juntos en lo bueno y en lo malo».