El diario de Amilibia
Begoña Gómez no siente la subida de los precios
“Según las malas lenguas próximas a la Moncloa se ha negado en redondo a compartir la lavadora con Irene Montero, Ione Belarra y el propio Garzón”
Cuentan los analistas de la cosa que Él no reacciona al alza inflacionista. Debe considerar que la galopante subida de precios es algo así como un fenómeno hípico y que la asfixia de los hogares españoles es más bien cosa de los calores tempranos y excesivos por el cambio climático. O un trance menopáusico (sofocos) que, en el peor de los casos, también podrá considerarse como baja laboral. Las lenguas viperinas señalan que en esta situación tancredista del presi tiene mucho que ver el hecho de que su santa, Begoña Gómez, no haya notado ninguna variación en la cesta de la compra, y así se lo comenta a Él cada mañana precisamente cuando abre la nevera para comprobar si el servicio monclovita no ha olvidado sus yogures y smoothies predilectos y la leche de avena de las niñas, amén de los chuletones Kobe Beef para Él.
Belén Bajo ha comentado que Alberto Garzón, el inefable, promueve ahora compartir electrodomésticos entre el vecindario para luchar contra el cambio climático y ahorrar energía. Bueno, pues Begoña ni caso. Según las malas lenguas próximas a la Moncloa se ha negado en redondo a compartir la lavadora con Irene Montero, Ione Belarra y el propio Garzón. Dicen que ha dicho que lo ponen todo perdido de ideología y además el morado destiñe una barbaridad. Solo haría una excepción con Yolanda Díaz, que gasta mayormente ropa interior de Victoria’s Secret y también de la afamada Hunkemöller, que es ideal y viene, muy propiamente, de los Países Bajos. Y le añade siempre al detergente Chanel nº 5. Mientras, Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, repite que hoy somos más pobres que antes de la crisis. Sánchez cree que habla de Burundi.
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