Opinión
El diario de Amilibia: El gordo y el flaco no se divorcian
“Prácticamente no necesitaría guionistas: es fácil ser bufón cuando tienes a todo un Gobierno trabajando para ti.”
Bertín Osborne ha contado que cuando estaba en A3 le hicieron una prueba para ver si servía como presentador de noticias. La pinta acompañaba, pero la prueba salió fatal: «Fue tal el despelote que me dijeron: «Bertín, es imposible que des las noticias políticas o de sucesos descojonándote de risa», y ahí quedó todo». Qué pena. Un presentador como Bertín animaría la pista central del circo narrando las cosas de este País de las Maravillas partiéndose la caja. Nada más propio y necesario. Prácticamente no necesitaría guionistas: es fácil ser bufón cuando tienes a todo un Gobierno trabajando para ti. Bien es verdad que nos salen muy caros, que nos arruinan, pero cuando todos seamos definitivamente pobres de pedir, disputándonos las puertas de las iglesias, recordaremos como algo leve la inflación de ahora.
Están otra vez tirándose tartas a la cara como el Gordo y el Flaco por la cumbre de la OTAN. Pero no son Shakira y Piqué: el Gordo y el Flaco seguirán juntos hasta que la muerte los separe, pese a los rumores de divorcio. Y no lo hacen porque el Gordo necesita de los votos matrimoniales («prometo ser fiel en las penas y en las alegrías…») y el Flaco se ha acostumbrado a las niñeras subvencionadas y a que le abran la puerta del coche oficial, que eso crea hábito. Además, no tienen separación de bienes y temen la pelea por la custodia de los niños. Y la mudanza. Mi amigo Chumy Chúmez solía mantener con absoluta seriedad que el 90% de las parejas no se separaban por el pánico a la mudanza.
Bertín, que sabe mucho de rupturas y mudanzas, explicaría los tartazos del Gordo y el Flaco desternillándose. Gran show.
✕
Accede a tu cuenta para comentar