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Los sábados de Lomana: La dinámica del miedo
La colaboradora apura sus últimos días de vacaciones, “los mejores”, según ella
Estoy exprimiendo mis últimos días de vacaciones, los mejores sin duda. El mar limpio y tranquilo, el calor ya no es insoportable... Hemos vuelto a lo que siempre es Marbella,agradable brisa, por la noche –siempre un chal para cubrirte los hombros– y la gran «marabunta» de agosto va desapareciendo. Si hay algo que distingue a Marbella de los clásicos sitios de verano como Ibiza, St.Tropez o Capri es que sigue teniendo la misma vida en invierno. No se cierra nada, siguen los buenísimos restaurantes, discotecas, cines, comercio... Me lo comentaba un amigo francés y tenía razón: «Elijo Marbella porque siempre tiene vida y ambiente».
Este mes de agosto ha sido perfecto: mucha playa, amigos, cenitas pequeñas, alguna fiesta solo las imprescindibles porque he aprendido a decir «NO». No me gusta volver a Madrid cansada, aunque el simple hecho de romper la rutina ya descansa la mente. No se si a ustedes les ocurre pero los primeros días no podía desconectar, me despertaba asustada pensando que me había dormido y llegaba tarde a televisión. Tenía ansiedad, pero ahora lo que tengo es una inercia de vivir la vida a golpe de lo que me apetece sin crearme obligaciones. Es un gustazo.
No soporto que siempre quieran tenernos asustados con la crisis que se avecina, con nuevos virus, todo es apocalíptico, así les resulta más fácil tenernos doblegados sin rechistar mientras nuestro presidente sigue haciendo lo que le da la gana en su confortable vida. Cuando hay problemas se sube al Falcón y pone rumbo a cualquier lugar para contarles no sabemos qué historia y que el mundo contemple su «fina estampa». ¿Gestionar? ¿Ahorrar? Evitar tanto gasto inútil en asesores, ¿eso qué es? No entra en su vocabulario. Que se aprieten el cinturón los demás, la ciudadanía que ve cómo con sueldos de miseria no pueden llegar a fin de mes, que los empresarios que tengan beneficios paguen el 47% de su ganancia, o incluso más, a Hacienda.
Me parece importante no vivir pensando en las desgracias que pueden pasar. El cambio climático es uno de los grandes problemas que parece ser nos acechan y a lo que se enfrenta esta generación. Desde luego debemos tomar medidas para evitar la gran contaminación de los mares y ríos, en mi opinión el más pernicioso de los problemas , pero todas las medidas deberán ser tomadas con menos demagogia y más lógica de la que utilizan nuestros políticos. Cambios climáticos en nuestros planeta los ha habido siempre, periodos de glaciación y de calentamiento en un proceso muy lento, también. Para el ser humano siempre han sido más beneficiosos los periodos de calentamiento, no olvidemos glaciaciones en las que todo desapareció. A veces tengo la sensación de que queremos también un clima a nuestra medida. Lo lógico son veranos muy calurosos y precisamente ahora tenemos los medios tecnológicos para soportarlos mucho mejor que nuestros abuelos, que desde luego no se quejaban tanto. Los incendios son producto de gentuza inmoral que los provoca sin que la legislatura actual tenga leyes realmente fuertes que castiguen estas conductas. Desde que tengo uso de razón en otoño llegan las grandes lluvias ,que en un espacio corto de tiempo arrasan ahí por donde pasan. En definitiva, esta muy bien propiciar un futuro mejor cuidando, respetando, amando la naturaleza para preservar el aire, la tierra y el mar. Todos debemos aceptar algunos sacrificios pero sin olvidar que lo importante es vivir hoy y nuestro hoy creo que es mejor, con más comfort, asistencia sanitaria, higiene y conciencia social que ha tenido a su alcance el ser humano.La próxima semana escribiré desde Madrid, mi querida ciudad a la que vuelvo ya muy pronto.Hasta entonces sean felices y vivan el ya y el ahora.
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