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Esta es la psicóloga deportiva detrás de la mente de Carlos Alcaraz
El fenómeno deportivo internacional explicado por Josefina Cutillas, la psicóloga que le ayudó a fortalecer la mente desde los 7 años
Hace apenas un rato, Carlitos zampaba bocatas con los amigos. Ahora muerde el oro. En un parpadeo, los sueños que hace nada dibujaba en un papel hoy se han cumplido. Quería lo imposible –para lo posible estamos los demás– y ya lo tiene. Viaja escoltado, casi con honores de Jefe de Estado, y con una nube de cámaras. Camina y el cielo se le abre por todas partes. Tiene 19 años y ya ha hecho historia en el tenis mundial.¿Cómo no sentirse un Dios o, al menos, un superhombre tocado por dones extraordinarios?
Su reinado promete ser largo. Josefina Cutillas, la psicóloga deportiva que trabajó con él desde los 8 a los 16 años, sospecha que no tiene límites y, si los tuviese, estarían muy lejos. Aquí arranca una grandeza en la que esta profesional murciana ha tenido mucho que ver y así lo ha expresado el tenista: «Sin una psicóloga habría sido muchísimo más complicado». Atiende a LA RAZÓN con la emoción de verse reconocida. «Que un deportista de este nivel y tal proyección dé voz a nuestro trabajo es una recompensa muy gratificante».
¿Una victoria tan apabullante puede conseguirse con aptitudes y genes ordinarios?
Psicológicamente, Carlos ha sido un niño con muchas capacidades. Lo da todo y busca su mejor versión, sin límites a nivel de esfuerzo, sacrificio y capacidad de superación. He disfrutado muchísimo. Lo extraordinario en él es su disciplina, la capacidad de trabajo y su determinación. Siempre tuvo claro lo que quería y qué tenía que hacer para conseguirlo.
¿Qué cualidades le han llevado a la cima?
No hay otra fórmula que pasión, esfuerzo, dedicación e implicación. Es lo que ha hecho él. Dedicarse por entero al tenis. Eso y su equilibrio emocional. No se queda ni en la derrota ni en la victoria, sino que resetea y se focaliza en lo importante, que es seguir.
¿Cómo era ese niño que llegó a ti con siete u ocho años?
Ya era consciente de que tendría que renunciar a muchas cosas. A pesar de ser niño, sabía lo que dejaba en el camino, pero la recompensa era mucho mayor. Sus renuncias son dignas de elogio.
¿Cómo se entrena un cerebro ganador?
Lo primero es familiarizarse con conceptos como atención, concentración, relajación, éxito y derrota, con los que se construyen esquemas y se entrenan fortalezas de cara al rendimiento. Es importante trabajar las primeras rutinas de autonomía e identificar cómo trabaja su mente en pista. Es un indicio de lo que sucederá cuando lleguen a ese alto rendimiento. En el plano personal, hay que cuidarle e impedir que la exigencia de la competición interfiera en su desarrollo evolutivo para que llegue sano a la cima.
¿Ya le gustaba ganar?
En edades tan tempranas, como la de Carlos cuando empezó, no hay ideas previas sobre ganar o perder. Es el momento de aprovechar la plasticidad del cerebro y definir estos conceptos. Es una carrera de fondo y no importa el resultado, sino conseguir objetivos de tarea y rendimiento de acuerdo con su marca personal y su superación. Esto se traduce en motivación, confianza, seguridad y una proyección más larga. Si nos focalizamos en ganar o perder, reducimos su tenis a éxito o fracaso y es más difícil tolerar la frustración. Carlos me decía cada lunes cómo había jugado, pero teníamos prohibido hablar del resultado. Esa motivación intrínseca le permitía disfrutar.
Nadie se queda ahí arriba para siempre. ¿También le ha preparado para ello?
Hay que prepararse para la derrota con un buen manejo de la frustración y la ira. Cuánto antes se aprende a gestionar esas emociones, más fácil es. Usamos un coaching de fortalezas que permite repasar qué tienes tú que no tiene su rival, cuáles son tus puntos fuertes y cómo transformamos los débiles en positivo.
Hay que estar muy cuerdo para que el ego no se inflame
El tenis es uno de los deportes más mentales. Carlos está solo en una pista y se enfrenta a sí mismo, a su vocecita, a un diálogo interno que debe elaborarse con motivación y palabras clave que ayuden a desbloquear y focalizar la atención en el momento, aislándonos del ruido externo.
¿Sus padres, Carlos y Verónica, le hacen sentir que es de carne y hueso?
El entorno deportivo y familiar ha sido clave. Son su apoyo emocional y de acompañamiento y le hacen reconectar con su esencia y sus raíces. Él dice que la familia la da esa tranquilidad tan necesaria en medio de este huracán de emociones. Lo tiene todo para triunfar.
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