Entrevista
Sor Lucía Caram: «No soy ‘’indepe’' ni no ‘’indepe’', soy una monja cojonera»
La consagrada más mediática (y polémica) ha creado el mayor corredor humanitario de España con Ucrania, un compromiso social que aumenta a la par que su desengaño con la política
En estos diez meses de guerra, sor Lucía Caramha montado el mayor corredor humanitario español con Ucrania. Cada mes ha traído una de media a seis heridos y devuelto a otras seis personas sanadas. A esto se une la ayuda material sobre el terreno, que abarca desde 75 vehículos, fundamentalmente ambulancias, hasta 100 equipos de reanimación con desfibriladores, pasando por los 6.000 nórdicos contra el frío que van de camino. Ayer aterrizó con su hábito en la trinchera para comprobar de primera mano cómo llega este contingente coordinado por la Fundació del Convent de Santa Clara de Manresa, la Asociación de Voluntarios de Caixabank y Mensajeros de la Paz.
Ha ido más a Ucrania que a Roma y a Tierra Santa…
Hoy Ucrania es tierra sagrada. Ahí va a nacer Jesús, está muriendo cada día y ojalá resucite porque llegue la paz. Ya he ido catorce veces y en cada uno de estos viajes he visto a Dios, en la solidaridad, en el compromiso y en el sufrimiento confiado.
¿Acabará la guerra?
Ellos tienen confianza en que acabará para la primavera. Quiero ser optimista y pensar que sí, pero no creo que acabe como ellos quieren, es decir, con la victoria. En una guerra todos pierden y la verdadera victoria es que acabe y que se acaben de una vez por todas las muertes.
¿Se nos olvidará Ucrania como Siria, Afganistán...?
Ya se nos ha olvidado Ucrania y la tenemos muy cerca. Unos creen que es por fatiga mediática; otros, porque hay muchas necesidades. El Papa dice que se está globalizando la indiferencia y tiene razón.
¿Irá Putin al infierno?
Creo que al infierno no va nadie. Cuando Jesús resucitó, colgó el cartel de «cerrado por resurrección». Aun así, más de uno se merecería una buena chamuscada. No sé dónde, pero se la merecería.
Pasa más tiempo fuera del convento que dentro, ¿no la soportan sus hermanas?
Me saben soportar y me aguantan. Son ellas las que me dan fuerza y con ellas son con las que voy fuera del convento. Mi claustro es el mundo y ahora está en Ucrania, con los más necesitados.
¿La monja «indepe» ya no es «indepe»?
La monja «indepe» nunca ha sido «indepe» o no «indepe». Siempre he dicho que en democracia votar es normal y que lo que tenemos que intentar es dialogar para que cada uno sea lo que quiera ser. Ahora bien, los políticos nos han engañado a todos: los de izquierdas, los de derechas, los «indepes»… Lo único que nos queda es poner en el centro a las personas. El que ponga de verdad en el centro a las personas es el que se merece nuestra confianza. ¡A ver si la humanidad logra independizarse de los políticos!
Si pudiera confesar, ¿qué penitencia pondría a los políticos?
Que renuncien a sus sueldos y empiecen a hacer obra social real.
El otro día soltó que Podemos ha pasado de denunciar la casta a ser castizo. ¿Le ha defraudado?
Han estafado a la gente y ahora lo que hacen es vender e imponer una ideología. Están deslizando la proclama de que solo hay libertad de conciencia y de expresión para ellos. Si pensamos diferente, ya somos fachas. Esto se ha convertido en una dictadura y una tiranía fortísima. El máximo exponente de esta dictadura es Pablo Iglesias, que es el machista más grande que hay en España y se piensa que va a salvar a las mujeres.
Siendo ateo, ¿Pablo Iglesias se ha creído Dios?
Pablo Iglesias se cree Dios. Es más, intenta reemplazar a Dios con su cátedra. Sin coleta ha perdido la fuerza y solo le queda gritar para llamar la atención. Le pasará lo mismo que a Ciudadanos. Desaparecerán del tablero por creerse omnipotentes.
Hay quien habla de su conversión liberal. ¿Votará a VOX?
Nunca, en la vida, jamás. No he tenido una conversión liberal. Simplemente estoy del lado de los más pobres, por eso no creo ni a unos ni a otros.
La religiosa Teresa Forcades pidió una excedencia para entrar en política. ¿Lo haría usted?
Nunca. La única política válida es la del Evangelio y la del servicio. No me tienta otra política que no sea servir a los últimos y tengo el suficiente trabajo con ellos como para dejarme tentar. Me gustaría que hubiera otro tipo de política, pero no me veo en la política partidista.
Hereje, comunista, satánica. Esto es lo más bonito que han dicho de usted...
Han dicho todo eso y mucho más. Lo que más me define es que soy una monja cojonera y estoy feliz de ser así. El Papa me llama la monja quilombera.
¿Merece la pena exponerse hasta recibir amenazas de muerte?
Cuando uno lo ha dado todo, no tiene nada que perder. Mi exposición mediática es para denunciar la pobreza que hay a nuestro lado. Si tengo que salir a los medios para gritar lo que pasa en Ucrania y llamar a solidarizarnos con ellos mientras recibo palos, no tengo ningún problema. Si tengo que denunciar las colas del hambre mientras damos de comer y un techo a las personas, no me molesta que se metan conmigo. Es la forma de pedir a todo dios.
A usted también se le calienta la boca, ¿luego se flagela?
Nunca. Sé que a veces me altero, las injusticias me rebelan. Se me calienta la boca y el corazón. Y me tengo que contener, porque sería capaz de dar algún puñetazo.
El Papa la apoya, ¿no le ha parado los pies por su arrojo?
Siempre me dice que siga armando lío, que no sea cobarde. Me ha compartido que le hace bien lo que estamos haciendo por los demás. Francisco me termina dando más fuerza que freno. El día que le comenté que algunos decían que tenía que ser más prudente, me contestó: «El infierno está lleno de prudentes». Hay que ser valientes.
¿Dios va con Messi?
En el terreno de juego, Messi es dios.
¿Y sor Lucía va con Messi?
Mi fe a él es incondicional.
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