Al igual que hizo en su momento Paloma Cuevas, cuando estaba casada con Enrique Ponce, ahora es Ana Soria la que se involucra de lleno en el negocio de la marca de aceite de su pareja.

La empresa no va como el torero esperaba y ha decidido relanzarla con la ayuda de su joven novia. De momento, han decidido cambiar la imagen del envase, eligiendo un exterior muy vinculado al mundo taurino. La botella simulará el último traje de luces utilizado por Enrique en su gira de despedida.

Con ello ya son dos los proyectos profesionales que unen a la abogada y al diestro, pues también son socios en su propia inmobiliaria.

En el plano personal, se rumorea que el 2025 será el año en el que contraigan matrimonio. Podría ser en el comienzo de la primavera en Almería, tierra natal de Ana, quien también ha dejado entrever a su círculo más íntimo que le gustaría ser madre pronto.

Desde aquí podemos desmentir categóricamente que exista una crisis en la pareja, un bulo aireado en algún medio de comunicación. Su relación es más estable que nunca. Viven felices en Almería, y Ponce se ha integrado plenamente en la familia de Ana.

Su única preocupación es la situación en la que ha quedado el negocio de sus padres en Valencia por culpa de la DANA. En este aspecto, seguro que su ayuda económica servirá para que todo vuelva a la normalidad.