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Entrevista

Antonio Velázquez: "Jamás me he sentido guapo"

El artista granadino acaba de estrenar «La encrucijada», la última superproducción de Antena 3

Antonio Velázquez Valero Rioja

Lleva la autenticidad y la honestidad a cada trabajo que hace. Ya sea interpretando a Paquirri o haciendo de El Cid. Una verdad que hace que esta conversación con Antonio Velázquez (Granada, 1981) tenga acento andaluz, recuerdos de infancia y buenos deseos para su tierra y el arte. Y sobre todo, muchas ganas de que nos sentemos en familia a ver «La encrucijada», la superproducción con la está encantado de sentirse parte de Atresmedia y que se ha estrenado el jueves 26 de junio en Antena 3. Como todo es posible para un «granaíno», tras lograr que los Goya se celebraran allí, entona otro deseo: «Nos merecemos un gran teatro en el centro de la ciudad». A quien corresponda..

-«La encrucijada» se está publicitando como una serie de «poder, lujo y amor muy fuerte». ¿Qué aporta tu personaje a este drama romántico?

Es una serie para toda la familia, llena de giros dramáticos y donde cada capítulo te deja con ganas de más. Mi personaje, David Oramas, es el hermano mayor de la familia, que esconde un trauma y ese gran secreto es el desenlace de la serie. Lucha por conseguir el amor de su padre. Es el más noble de la serie y me ha permito salir de mi zona de confort. La serie es una maravilla, con una producción y técnica espectacular y gran complejidad en la realización.

-Nuestra ficción está en un estado fabuloso. ¿Por qué vamos por tan buen camino y que añadiría, puestos a mejorar?

Llevamos años en esta industria y por fin nos lo hemos creído. Echo mucho de menos las series en la televisión lineal, como ésta que hemos hecho para Antena 3. Es verdad que las plataformas llegaron fuertes. Pero yo soy un romántico que se ha criado viendo series en la tele y creo que es muy bonito. Además, te genera un vínculo personal con la cadena que a mi me encanta.

-¿Por qué aún no se ha atrevido a cruzar el charco para trabajar?

Por mi inglés lo tendría complicado. Hicimos una película que se llama «Cuatro lunas», en México. Tuvo un recorrido bonito y se abrieron puertas, pero entonces quería estar con mi padre porque mi familia es muy importante. Me encanta mi país y no tengo esa aspiración.

Antonio VelázquezValero Rioja

-¿Ha llegado el momento profesional en el que puede elegir… o eso lo hacen tres?

Eligen muy pocos en este país. Formo parte de una profesión en la que somos muchos y que tiene un 90 por ciento de paro. Ya solo que piensen en ti para un papel, como me ha pasado en «La encrucijada», es un regalo. Cuando te llama tu representante y te dice que no tienes que hacer casting, pues dices que sí. Luego, se pueden luchar cosas a nivel interpretativo, aunque me considero una persona que siempre trabaja a favor de obra.

El actor Antonio VelázquezCedida

-En este momento profesional, ¿qué registros le apetece probar y donde ya no se visualiza?

Voy a cumplir 44 y me encuentro más maduro que nunca como actor, aunque la inseguridad siempre está a la vuelta de la esquina. Doy gracias porque si te falta te vuelves un cretino. Sobre el futuro, llevo años escribiendo, me asocié con la productora Cuarzo y tenemos varios proyectos que estamos deseando darles salida. A ver si con Atresmedia...

-El actor Maxi Iglesias ha confesado que tiene que trabajar para que no le den papeles de guapo. ¿Se siente identificado?

No, no…Jamás me he sentido guapo. Iglesias es guapísimo o Brad Pitt, yo me debo al personaje. Si creo que debe ser cojo, pues lucharía por cojear aunque tampoco voy a afearme porque sí. Es como Marlon Brando, que se puso dos algodones en «El Padrino» para darle credibilidad, yo vengo de esa escuela. Ser actor es ser un camaleón. Para hacer de Paquirri tienes que hacer más que ponerte un traje de torero. Y otra cosa, ser atractivo es mejor que ser guapo.

-Después de pedir unos Premios Goya en su Granada y conseguirlo, ¿qué otro gran logro copa sus sueños?

Hay que tener cuidado que cada vez que hablo de Granada la lío, pero nos merecemos un gran teatro en el centro de la ciudad. A ver si se dan cuenta, porque culturalmente mueve mucho.

Antonio VelázquezBernardo Doral

-¿Qué no deja de hacer cuando va en verano a Pinos del Valle, su pueblo, y qué ya no puede hacer, que le encantaría?

Poder, puedo hacer todo, igual lo de bañarme en albercas, ya pasó (risas). En mi pueblo había pocas piscinas y solo tenía una el ricachón, así que de pequeños nos tirábamos a la calle a comer cerezas. Mi madre siempre me dice que soy un rabo de lagartija. Me encanta que llegue agosto, ir a las fiesta de San Roque y ver el tradicional revoloteo de la bandera.

-Le he visto recoger aceitunas, le encantan las motos y montar a caballo. Es un todoterreno, como Tom Cruise. ¿Para qué otras actividades no necesita dobles?

Todas esas actividades me vienen de pequeño. Cuando te crías en un cortijo, como mi padre no me quería comprar una moto, pues me fabriqué una con una bici, construía cabañas… También he tenido que trabajar en la hostelería y la construcción. Haría todo, como Cruise, pero los productores no me dejan (risas).

-La serie va de traiciones, secretos y mentiras. ¿Con qué defecto es más transigente y que virtud le desarma?

Con la traición no puedo, la mentira la puedo entender, pero me cuesta mucho, y valoro mucho el honor, que falta mucho en la calle, la gente de verdad, que hace lo que dice.