Opinión
El diario de Amilibia: Ojito, MAR, que la peña avisa
"Quizá te convenga un guardaespaldas. Pregúntale a Ábalos"
Leo que Esther Peña, portavoz del PSOE, comparó a Miguel Ángel Rodríguez, MAR para la historia, con Luca Brasi, uno de los sicarios de Vito Corleone en «El padrino». Peña, la Peña para los íntimos de Ferraz, es la pétrea y muy rocosa ejecutiva sociata convencida de que para manejarse como Dios manda en las aguas turbias de la política es indispensable haber visto y memorizado las tres partes de «El padrino», como es exigencia en todo capo sociata, así como el estudio del «Manual de resistencia» y las consultas frecuentes al especialista en rinoplastias para frenar el excesivo crecimiento de la nariz (efecto Pinocho en las portavoces). Marlon Brando se presentó en el casting de Ford Coppola con un potente relleno de algodones en la boca para convertirse en el bulldog que él intuía en Vito Corleone, un tipo de duras y encajadoras mandíbulas.
Los hagiógrafos de la sanchosfera cuentan que Él no necesitó de rellenos en la boca ni en ningún otro sitio para que su belleza rompedora lo aupara como el Apolo de la Moncloa en las pasarelas nacionales e internacionales. Seguro que la Peña recita todas las noches antes de acostarse, a pie de cama y con la mirada fija en el póster del Amado Líder, frases de don Vito como «Nunca vuelvas a decir lo que piensas a alguien que no sea de la familia» o «No hay amigos en el trabajo, nuestra amistad está basada en los negocios». Y aquella otra de su hijo Michael: «Mi padre no es diferente de ningún otro hombre poderoso, como un senador o un presidente».
Así que ojito, MAR, porque cuando un Luca Brasi te diga con mirada helada y una mano en el bolsillo «no es nada personal, son negocios», ya será tarde. Quizá te convenga un guardaespaldas. Pregúntale a Ábalos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar