Opinión

El diario de Amilibia: Ser o no ser trol

" El problema quizá esté en que el PP tiene pocos trols o son escasamente creativos"

Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno mantiene un encuentro con el presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el Complejo de la Moncloa. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón 13 03 2025
Pedro SánchezAlberto R. RoldánFotógrafos

Leo: «Troligarquía: cómo los trols escaparon de las redes para liderar el mundo». Aprendieron y ensayaron en las redes ponzoñosas. Un periodista norteamericano, Rudolph Bush, ha bautizado a Trump como «el rey de todos los trols». Definimos los hallazgos («troligarquía», nuevo neologismo) en la busca desesperada de luz en el caos. Ahora parece que la cuestión está en ser o no ser trol. Trol, según la RAE: «En la mitología escandinava, ser maligno que habita en bosques o grutas». También: «En foros de internet y redes sociales, usuario que publica mensajes provocativos, ofensivos o fuera de lugar con el fin de molestar, llamar la atención o boicotear la conversación». Las dos acepciones se parecen sustancialmente. Los trolls mitológicos son seres malvados a los que les gusta comer carne cruda, seres peligrosos y estúpidos: la «troligarquía». La pregunta retórica del mes la ha hecho el teniente general Juan Montenegro: «¿Qué parlamento va a aprobar 30.000 millones para Defensa en España?».

Quizá solo un parlamento «troligarca»: ahí tenemos al Apolo de la Moncloa, el trol monclovita que cuando hay que aumentar el gasto militar tira de fondo de armario, saca enormes banderas de España y desentierra el patriotismo. Qué pillín el malandrín. Leo: «Principio de acuerdo entre conservadores y socialistas para formar gobierno en Alemania». Le pregunto a mi vecina Carlota por qué aquí no es posible tal cosa, y responde: «Porque aquí no somos alemanes». Aquí, al parecer, solo somos troleros. La especialidad del trol monclovita trampero es poner siempre a Feijóo en una tesitura en la que, haga lo que haga, siempre quede en evidencia. El problema quizá esté en que el PP tiene pocos trols o son escasamente creativos. Solo con meigas y una tía monja se va justito para hacer el Camino de Santiago.