Alejada de su familia

¿Quién paga los 1.790 euros de Carla Vigo en el piso tutelado en el que vive?

La sobrina de la Reina Letizia vive sola, aunque comparte espacio con otras ocho personas. ¿Quién paga sus elevados gastos?

Carla Vigo en una imagen reciente
Carla Vigo en una imagen recienteGtres

Se siente más sola que nunca, sin apenas contactos familiares y embarcada en un camino sin rumbo en el que no levanta cabeza como actriz. Carla Vigo ha confesado que padece ciertos problemas de salud mental y que asiste a terapia. Pero nadie entiende que resida en un piso tutelado en el barrio madrileño de Chamberí, compartiendo espacio con ocho personas, y no con algún familiar.

La incógnita se plantea a la hora de saber quién paga los 1.790 euros mensuales que le cuesta el alquiler, la manutención y el asesoramiento personal. Porque a Carla tan solo le ha quedado una pequeña pensión de orfandad tras la trágica muerte de su madre, Erika Ortiz, fallecida ( se suicido) el siete de febrero del 2007.

Carla Vigo en septiembre de 2023
Carla Vigo en septiembre de 2023Gtres


Podría vivir con su padre en Aranjuez, pero ha elegido un destino distinto en Madrid centro, donde pretende, con poco éxito, abrirse camino como actriz y bailaora de flamenco. El único que le ofreció una oportunidad profesional fue Rafael Amargo, hoy encerrado en prisión por un presunto delito de tráfico de drogas.


También le queda la opción de irse con su tía Henar al norte de España, o con su abuelo, Jesús Ortiz, a las afueras de la capital de España, pero ha descartado ambas posibilidades. La realidad es que no existen documentos gráficos que muestren un cierto contacto familiar. Al igual que tampoco hay constancia de que Carla mantenga una relación normal con su tía, la Reina Letizia, y sus primas Leonor y Sofía. Ni tampoco la hemos visto nunca con su prima “postiza”, Victoria de Marichalar.

Carla Vigo y su madre, Érika Ortiz
Carla Vigo y su madre, Érika OrtizInstagram


Los que la conocen bien, califican a Carla como una chica demasiado sensible y asustadiza, poco amiga de exponerse en los medios de comunicación, aunque esta semana concedió una exclusiva a una revista. Se supone que bien pagada. Pero no fue fácil convencerla para que hiciera la entrevista. Su precaria situación económica acabó empujándola a contar en público lo que nunca había contado fue de su entorno más cercano.