Cargando...

Entrevista

Teo Lucadamo, músico: "La conquista de la libertad de expresión es sagrada"

El mayor de los dos hijos de Aitana Sánchez-Gijón dejó la interpretación hace ya un lustro y desde entonces se dedica a la música

Entrevista con el artista musical Teo Lucadamo, compositor y productor de sus propios temas musicales. Alberto R. RoldánLa Razón

Aunque su madre es una de las actrices más conocidas de España, Teo Lucadamo (23 años) lucha cada día para demostrar que tiene entidad propia. Artista en pleno desarrollo, se alejó de la interpretación tras contagiarse del virus del desencanto y eligió la música como medio expresivo, y en esa actividad ejerce de intérprete, compositor y productor musical: «Hubo un casting en concreto en el que dije basta, porque salí de él como con vergüenza ajena. Me frustraba mucho. No me llenaba la idea de ir con un texto aprendido, plantarme delante de una cámara y que dos personas juzgaran si sirvo o no. Y decidí volcar toda mi energía en formarme para la producción musical, al tiempo que hacía canciones y escribía». Sus padres, artistas ambos, lo apoyaron desde el principio, pero insistieron en que debía recibir una preparación académica: «Son personas cultas y me han transmitido que el conocimiento es libertad. Mi madre siempre ha valorado mucho la formación académica, ya sea privada o pública, y para mí ha sido importante tener esa visión. Si no tienes conocimientos técnicos, hagas lo que hagas vas a hacer una chapuza. He tenido curros esporádicos en hostelería –revela–, además de en una obra de teatro –“El salto de Darwin”, dirigida por Natalia Menéndez, en la que tocaba la guitarra y cantaba–, pero mucha gente de mi edad lo tiene mucho más crudo que yo, que he recibido una educación de calidad porque me la ha pagado mi madre. Y no lo digo con vergüenza ni sentimiento de culpa; me refiero a que no todo el mundo empieza desde el mismo punto de partida y a que los jóvenes tenemos que pedir a las instituciones que nos apoyen más». Con Michael Jackson y Eminem en el altar mayor de sus influencias, su tema más famoso lleva por título «Ritmo»: «Habla sobre un metrónomo que quería ser cardiólogo. Todo nace desde el juego y las ganas de sorprender, de tomar caminos inesperados en la forma de expresión que más utilizo, el rap. Mi padre [el pintor y escultor Alejandro Lucadamo] es mi gran referencia en el sentido del humor. Es muy sarcástico, irónico y un poco cínico, y eso lo utilizo mucho en mi música e imagen artística».

Aitana Sánchez Gijón.Gtres

Al poco de empezar a hablar con Teo adviertes que es un veinteañero con las ideas claras, y él señala que le gusta estar informado sobre la actualidad: «Leo muchos periódicos, entre ellos LA RAZÓN. Me voy a ambos lados del espectro político para comparar los titulares. Es muy importante tener información diversa, porque si no lo que hacemos es contribuir a la polarización y crear círculos de pensamiento político autorreferentes en los que las ideas de los otros no caben. Cuanto más leo, más en contradicción entro con mis propias ideas de ser fiel a mis valores y aceptar los de los demás. Es una dicotomía jodida». En ese sentido, se muestra crítico tanto con la izquierda como con la derecha. De la primera le molesta la corrección política: «A la izquierda le pasa factura esa corrección política y ese moralismo porque, al final, es defender a colectivos y minorías en lugar de que se defiendan solos. La intención está de puta madre y siento que cierta corrección política no está de más, pero me parece demasiado. La gente tiene que respirar más, no nos podemos tomar tan en serio. Está bien que se denuncien comentarios o formas de hablar que sean, por ejemplo, machistas, pero hay que entender que si “La que se avecina” tiene tantos chistes machistas es porque es un reflejo y una parodia de la realidad. La izquierda debería centrarse en la repartición de la riqueza, en proporcionar servicios sociales para la gente y en reducir la desigualdad». Y se queja de la censura ejercida desde una parte de la derecha: «Es muy importante denunciar la censura que estamos viviendo hoy en día en este país. Me parece realmente demencial que haya obras de teatro que son censuradas. La última fue porque el reparto salía en calzoncillos y el ayuntamiento de Vox no era capaz de concebirlo. O porque en la película de Buzz Lightyear hay un beso gay. Es muy peligroso que se dé pie a la censura, porque merma la libertad de expresión y reprime a colectivos que han ganado derechos a lo largo de los años con su sudor y lágrimas. No hay que dar por sentadas las conquistas sociales y la libertad de expresión es sagrada».

Víctima de las «fake news»

El joven músico explica que alguna vez ha sido víctima de noticias falsas: «Salió un titular en EL MUNDO que decía: “A Pedro Sánchez le gusta el rap. Concretamente, el del hijo de Aitana Sánchez-Gijón”. Y yo: “¿Perdona? ¿En qué momento le gusta a Pedro Sánchez mi música? ¡Esto hay que salir a celebrarlo!”. Y resulta que era una “fake new” porque yo, en una entrevista para “Vanity Fair”, dije, en broma, que tenía el teléfono de Pedro Sánchez. A partir de una broma tienen la ocasión perfecta para politizar el mundillo de la cultura, de la farándula, que está muy politizado y tintado de rojo. Y la que paga el pato es mi madre, no yo. Lo comenté con ella entre risas, pero otra vez puede ser algo que nos disguste». ¿Le condiciona en exceso la fama de su madre? «Mi público no sabe quién es mi madre, y eso juega a mi favor. A veces se crea el prejuicio de “bueno, tú estás ahí porque te han enchufado”, y es entendible. Pero ellos –recalca– no me han conocido por mi madre, sino porque yo me he currado una estrategia en redes y un pedazo de tema». No obstante, reconoce que hay que ser prudente: «No le voy a conceder una entrevista al “¡Hola!”, por ejemplo. Mi madre es una persona pública y ha puesto mucho énfasis en no dar a conocer su vida privada, y yo no voy a empezar a hablar de mi familia yo como si fuese Kiko Rivera, ni mucho menos». Cabeza y carácter, en fin.